Códices, historia, mitología y la naturaleza es lo que aborda la exposición en el Colegio de San Ildefonso sobre la trayectoria artística de Sergio Hernández (Oaxaca, 1957), un recorrido con alrededor de 143 piezas que plasman elementos prehispánicos así como la propia reflexión sobre la realidad porque, dice su creador, “mi obra es atemporal”.
Además de la muestra, que lleva su mismo nombre, el artista anunció en recorrido de prensa que uno de sus murales será inaugurado en la biblioteca de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, en la UNAM. “Es un mural de 31 metros de largo por 1.80 metros de alto, y lleva por nombre En Vilo, que está basado en la historia de Don Luis González y González. Este país está en vilo ahora, pero el planeta también, entonces, ese es el tema”.
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Esta obra, dividida en tres partes, es en blanco y negro porque “es un cuadro de luto. El primer panel es el retrato de una mujer; el segundo es una obra trabajada como Jackson Pollock: un escurrido todo, y el último es una especie de reconocimiento a alguien que admiro mucho, que es José Clemente Orozco, y son personajes decapitados que reflejan un poco esta realidad, porque este país está decapitado”.
Más allá del muralismo
La obra de Sergio Hernández se suma al discurso y celebración que el Colegio de San Ildefonso ha realizado por el centenario del muralismo, por lo que el nombre del artista oaxaqueño se une al de Rafael Cauduro y al de Vlady.
¿Cuáles son las obras que reúne la exposición Sergio Hernández? “Todas las que he pintado están aquí, si me quedé con algunas en el taller, son muy pocas”, dijo. Es así que del 11 de agosto al 28 de enero de 2024, el público podrá recorrer la magna muestra dividida en siete salas del recinto de la UNAM, en las que se podrán ver piezas nunca vistas elaboradas con óleo, pigmentos, oro, cinabrio y plomo, así como xilografías y grabados.
Popol Vuh, compuesta por 30 grabados, es la pieza que recibirá a los visitantes, misma que forma parte de la primera sección curatorial: “Historia”. En este entorno, además de sus obras, las acompañan líneas de investigadores como Miguel León Portilla:
“En estas y en otras aportaciones de Sergio, late, vive y perdura, la sabiduría de un arte que transmitía sentimientos, recuerdos, y reclamos de gentes que, a través de milenios, van enriqueciendo con su existencia la realidad de quienes trabajan y se afanan en el ámbito más grande de un mundo que también se halla anhelante de justicia libertad y belleza”.
Otras inquietudes
Además, explora la figura del expresidente mexicano: “Juárez en realidad no existe, está en el imaginario de los políticos, pero Juárez es de carne y hueso, es un personaje que lo mismo duerme en petate o está en un carruaje. Hay un personaje que es real y otro que es fantasía de la política, y el uso y abuso que le dan; lo que yo pinté es un Juárez más humano”.
Otra de las inquietudes es el tema de la inmadurez, que lo representa y confluye en trazos donde Pinocho y el ajolote están presentes y los entrelaza con el Síndrome de Peter Pan.
“Muchos seres humanos no llegamos a la madurez, somos inmaduros, porque no nos reconocemos, porque no aceptamos, porque no luchamos por nuestra libertad, porque pensamos que siempre va haber alguien que nos va a salvar”, describió el artista. Mientras que Marisol Espinosa, curadora de la exhibición, agregó: “el ajolote se queda en estado larvático y Pinocho no asume responsabilidades. Ahí la inmadurez”.
La muestra Sergio Hernández también tiene las secciones curatoriales “Universos”, donde explora paisajes nocturnos y maderas con hoja de oro, “Mitología”, historias en la que se ha inspirado, y “Naturaleza”, donde se puede ver plasmado selvas, botánica y territorios.
PCL