Hay quienes piensan que buena parte de las historias que cuenta Siri Hustvedt proviene de su biografía, pero la escritora estadunidense asegura que no, en realidad se trata de un juego con el lector, “un juego complejo, intelectual. No es la historia de mi vida”.
Presente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, no solo en su faceta de narradora, sino de científica, aseguró en entrevista que si bien hay aspectos que se asemejan a su vida, en realidad está jugando con la idea del recuerdo: “quiero que el lector identifique al narrador y al autor”.
“El escribir ficción es recordar lo que nunca sucedió. Mis novelas no están hechas de mis recuerdos reales, sino de lo que considero como verdades emocionales, que la historia lleva consigo algo que es cierto para mí, pero no es mi verdadera vida, en ninguna de mis novelas”, en palabras de la recién galardonada con el Premio Princesa de Asturias.
La autora refiere que “ninguno de nuestros recuerdos son reproducciones fidedignas del pasado. Siempre están conformadas por nuestras circunstancias presentes, entonces, cada vez que se saca un recuerdo del cerebro, está sujeto a cambio. Hay partes imaginarias de esos recuerdos, porque al mirar hacia atrás ya usamos la imaginación, tal como utilizamos el recuerdo para proyectar al futuro, y el futuro es una ficción, no sabemos lo que es”.
Hustvedt decidió convertirse en escritora cuando apenas contaba con 13 años de edad y ha escrito a lo largo de ese tiempo por una necesidad interior. “Frecuentemente he pensado que uno de los aspectos fascinantes de la escritura es que crea una distancia entre el yo y la página: es un lugar objetivo para ver algo que se originó desde el interior: esa distancia pueda crear posibilidades de reflexión. El escribir genera aún una mayor distancia”.
Historias ajenas
Autora de títulos como Todo cuanto amé, La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres, Los ojos vendados y más recientemente Recuerdos del futuro, bajo el sello Seix Barral, Siri Hustvedt confesó a MILENIO que siempre se ha interesado por múltiples formas del saber, bajo la certeza de que “la complejidad de lo que representa ser un ser humano no puede contestarse por una sola perspectiva”.
“Las ciencias son una manera de ver lo que somos y las humanidades son otra manera de ver y conocer. Mi vida como académica trata de generar un diálogo, rico, no un insulso o absurdo, entre las humanidades y la filosofía, y lo que consideramos ciencias duras, porque tienen mucho que enseñarse una a la otra”.
Considerada también un referente del feminismo contemporáneo, Siri se muestra convencida de la necesidad de aprovechar la ira existente en las sociedades contemporáneas de manera constructiva, que aun cuando se pueda aprovechar como cuchillo, al mismo tiempo es una llave que permite conocer otros caminos.
“Parte de la historia de Recuerdos del futuro consiste en utilizar la ira, que es el cuchillo, para hacer la historia de las llaves. Y eso es la escritura: el enojo emocional que está en medio de la cultura se traduce en lenguaje y articulación. Si podemos transformar la ira en cambios activos, puede ser constructivo”.
Griterío en redes
El griterío de las redes sociales no es culpa de la tecnología, porque al final son creadas por la gente.
Fealdad humana
Las herramientas tecnológicas han acelerado esta forma de transmisión emocional de la fealdad humana, el asunto es saber cómo las usamos.
Hoy presenta libro
Recuerdos del futuro se presenta hoy a las 19 horas en Expo Guadalajara con los comentarios de Elena Poniatowska.