La escritora colombiana Amalia Andrade reconoce que vivimos un tiempo en que la ansiedad y la incertidumbre son difíciles de controlar, pero al mismo tiempo, estamos ante una gran oportunidad para repensarnos como sociedad.
“Vivimos la incertidumbre por la salud, por saber qué nos va a pasar como sociedad, qué va a pasar con la economía. Nunca nos había pasado eso y, en el fondo, aun cuando no seamos tan conscientes, también comenzamos un poco a interiorizar ese miedo a que el otro te toque, lo cual tiene unos efectos muy profundos dentro de la mente humana, porque necesitamos ser tocados, necesitamos los abrazos”.
Autora de libros como Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas o Uno siempre cambia el amor de su vida (por otro amor o por otra vida), publicados por la editorial Planeta, Amalia Andrade enfatiza que no solo estamos ante una situación difícil sino incluso paradójica, para la psique humana: un momento en que algo tan esencial para el ser humano se tenga que restringir, como lo es el contacto.
“Creo son muy altos los niveles de ansiedad, de miedos: somos seres sociales, necesitamos el contacto, y estamos aislados: quiero hacer la diferencia entre aislamiento, el límite absoluto al contacto humano con respecto al distanciamiento social, donde hay un contacto humano a través de la habitualidad”.
Su "Consultorio en línea"
La escritora participa en un “Consultorio en Línea”, organizado por el grupo Planeta este miércoles, a las 17 horas, en donde los lectores podrán hablar en un espacio seguro de las emociones que la cuarentena les provoca y cómo enfrentarlas, aunque ella misma está convencida de que el actual proceso de contingencia sanitaria va a transformar muchas cosas de nuestra vida cotidiana y lo tenemos que asumir como tal.
“Hay muchas cosas malas que puede salir de esto y lo estamos viendo, como la discriminación… estamos viendo que tenemos economías que no son resilientes, sino colapsan, necesitamos construir modelos económicos que sean resilientes. Lo que tanto se lleva pensado, pero que en el tejido social no se actúa es que no podemos seguir viviendo en una sociedad tan discriminatoria, donde haya gente billonaria y otra absolutamente pobre”.
Por ello, llama a sacar lo mejor de todo esto: en vez de pensar en lo negativo, resulta indispensable asegurarnos que los modelos sociales cambien, de activar la empatía, ayudar a los otros, donde no sólo los gobiernos actúen, “sino también nosotros, como comunidad: está entre nuestros deberes ayudar al otro de la manera en la que podamos”, en palabras de Amalia Andrade.
vmb