En la explanada de la Alhóndiga de Granaditas convergieron el jazz, el swing y la big band en el talento de Sun Ra Arkestra, el colectivo que sigue la dirección que su fundador creó hace décadas con el concepto jazz cósmico que estos músicos desplegaron en la edición 53 del Festival Internacional Cervantino.
Catorce artistas, 12 de ellos músicos de larga trayectoria, una cantante y una bailarina, tomaron el escenario haciendo honor a la idea de Sun Ra de que el jazz es fuego estelar convertido en sonido. La música y el vestuario hicieron gala de ese concepto unido a otra premisas del músico: la incorporación de la ciencia ficción y su raíz africana a través de la herencia del antiguo Egipto, por eso las túnicas faraónicas y brillantes que llevaron hicieron la experiencia fantásticamente festiva.
Marshall Belford Allen, el decano de 99 años y miembro desde 1958, mostró por qué es el director de la banda con energía vital y alegría a la hora de dirigirse a la gente y agradecer su presencia.
El multiinstrumentista se dio vuelo principalmente con el saxo mientras que sus compañeros completaban la fusión con piezas que efectivamente evocaban o hacían imaginar nuevos mundos espaciales sin dejar de ser terrenales pues los sonidos de swing y big band eran totalmente reconocibles.
La cantante Tara Middleton intervino en varias piezas con su rol clave y su atuendo como de sacerdotisa egipcia. Voz potente y presencia original mostraron su rol clave en la banda.
La bailarina que los acompaña completó el engranaje del espectáculo bailando al ritmo, claro, con agilidad y dejándose ver de forma sutil de modo que no opaca a los músicos.
Entre canción y canción, se vio en la parte de abajo a Damon Albarn, líder de Africa Express, banda que cierra este 26 de octubre el Cervantino. El músico británico disfrutó el concierto bailando en su lugar y dando palmas como reportó MILENIO.
Una procesión musical
En la última pieza, el público pidió una más y la forma de regresar no pudo ser más emotiva y original pues buena parte de la banda apareció por un costado del escenario para mezclarse con el público y llevar la fiesta hasta sus lugares mientras sobre el escenario la cantante o otros miembros de la banda los acompañaban.
Al final, la procesión de artistas salió de escena y el público quedó inmerso en la propuesta espacial, festiva y profundamente alegre de la Sun Ra.