Después de más de 15 años de colaboración con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam), Sylvain Gasançon (Metz, 1979) se dice preparado para convertirse a partir de enero de 2023 en su director titular, con la misión de construir una agrupación feliz, del siglo XXI, incluyente, con equidad de género, más presencia de compositoras, directoras huéspedes y mujeres solistas, y jóvenes.
El francés recibió en Varsovia la noticia de su nombramiento como titular de la principal orquesta universitaria, con la que se ha presentado desde 2006 como huésped después de ganar un año antes el primer Concurso Internacional de Dirección de Orquesta Eduardo Mata, auspiciado por la UNAM.
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Desde la capital polaca, Gasançon adelanta en entrevista sus planes para el renacimiento de la Ofunam después de dos años sin actividades presenciales por la pandemia de covid-19 y de quedarse sin director titular desde diciembre de 2020 por la conclusión del contrato de Massimo Quarta en el cargo.
“La Ofunam no es la misma de hace 17 años, hay muchos músicos nuevos y su nivel subió mucho. Quiero primero que todos sus miembros estén contentos, felices de hacer música. Quiero construir un ambiente, una atmósfera de trabajo que sea la mejor posible para que haya confianza en hacer música. Quiero una orquesta feliz de hacer música, feliz de defender el repertorio que vamos a ofrecer y feliz de ofrecer al público el mejor trabajo posible”, expone el director, quien tendrá dos años para lograr esto.
Foto: Música UNAM / Paola F. Rodríguez
En el plan que impulsará destaca una línea de programación con mayor presencia de compositoras, directoras huéspedes y solistas, además de jóvenes en esos rubros y repertorio nuevo, contemporáneo.
“Es la misión de una orquesta del siglo XXI: no sólo ofrecer compositores, sino compositoras; es un esfuerzo que vamos a hacer de presentar lo más posible obras de compositoras; repertorio nuevo, obras contemporáneas mexicanas, pero también de otros países. En lo particular, defender obras del pasado que han sido olvidadas. Y luego invitar a grandes solistas, muy buenos directores y directoras, eso es súper importante”, añadió el también violinista, que se define “maníaco del sonido de la orquesta”.
“La música es la vida. Para mí no hay diferencia entre vivir y hacer música. Yo hago música incluso cuando voy al cine o camino por una calle, la música la traigo en la sangre, es mi manera de expresarme, no me expreso bien con palabras, no soy escritor, pintor, poeta, matemático; soy músico, y la música es mi manera de expresar lo que traigo dentro: mis emociones, mis cosas buenas y malas...".
Foto: Amigos Ofunam
“Definirme como director es difícil. Yo soy un maníaco, un loco del sonido de una orquesta, para mí la orquesta es un instrumento, no son 120 músicos, es un solo instrumento, que se maneja como un violinista que maneja un violín. Yo, como director, trato –y es lo que me gusta más– construir un sonido, a través de mis manos, de mis gestos, de lo que puedo hacer, para que salga de la orquesta un sonido que a mí me gusta. Como director, soy un enamorado del sonido de una orquesta sinfónica, más que un violín o una trompeta, más que la música misma. El sonido de una orquesta sinfónica y que recibes como director cuando estás en el podio es una cosa única, que no se puede explicar, y la emoción que te trae es una cosa imposible de describir, a menos de que seas un poeta”, dice Gasançon.
Después de Mata, que se asumió como su director artístico a los 24 años del periodo 1966-1975, el francés será uno de los titulares más jóvenes de la agrupación musical más antigua de México, fundada en 1936 con el nombre de Orquesta Sinfónica de la Universidad, que cambió al actual en 1972.
Para el director de 43 años, que tiene como sus modelos más influyentes en su carrera a Leonard Bernstein y a Carlos Kleiber, el relevo generacional en las orquestas es a escala global y un buen signo.
“El relevo generacional es en todas las orquestas del mundo. Yo veo a muchos de mis colegas, aun más jóvenes que yo, que tienen muy buenos puestos, el ejemplo más espectacular es el del finlandés Klaus Mäkelä (Helsinki, 1996), que ha sido nombrado para dirigir a la Royal Concertgebouw de Amsterdam y la Orquesta de París, con apenas 26 años. Y, además, la renovación no es solamente de la música, sino también de la manera de percibir la música académica o de concierto. Es una misión del siglo XXI, tenemos que renovar no sólo al público, sino también a los músicos, porque los mayores se están yendo poco a poco y tenemos la necesidad de permitir a los jóvenes artistas ofrecer su trabajo".
Foto: Kike Barona
“En mi caso, soy bastante joven, pero no tanto como antes. Cuando gané el concurso Eduardo Mata era mucho más joven; ahora tengo más de 15 años de experiencia y es algo que puedo ofrecer a la orquesta. No soy un jovencito de 25 años que viene a dirigir por primera vez. En mi caso, este nombramiento llega en el momento perfecto porque me siento preparado para poder ofrecer lo mejor a los músicos, al público y a la orquesta entera”, sostiene Gasançon, “súper contento y orgulloso” de haber sido elegido.
Ofrece respeto a los músicos de la Ofunam, con quienes dice haber generado una relación de confianza a partir de su colaboración de casi 17 años como director huésped, y a sus derechos laborales ganados.
En su diagnóstico sobre cómo se encuentra la Ofunam, afirma que “está en muy buen estado de salud”. Sin embargo, advierte que los músicos han pasado muchos meses sin trabajar debido a la pandemia, han tocado con cubrebocas y todas las medidas sanitarias, y no han tenido director artístico desde 2021.
“Es una orquesta que necesita un proyecto ahora, necesita objetivos, y es lo que vamos a construir; necesita saber adónde va. Los músicos se sienten como en un momento de no saber qué hacen, por qué lo hacen, con quién. Con mi nombramiento, ahora vamos a construir un proyecto con la comisión artística, con el maestro José Wolffer (director general de Música de la UNAM). Así vamos a saber adónde vamos, y a tener una visión de un año, de dos años, de 30 años, y eso es súper importante para una orquesta y para sus músicos”, expone Gasançon, segundo lugar en 2006 del Concurso Jorma Panula de Finlandia para jóvenes directores y huésped de numerosas agrupaciones musicales del globo.
Foto: Música UNAM / Paola F. Rodríguez
Estudió violín desde los cinco años. Dio conciertos a temprana edad y continuó el estudio de ese instrumento en el Conservatorio Real de Bruselas, con Endre Kleve. Se inició en la dirección orquestal con Jean-Sébastien Béreau, Gerhard Markson, Gianluigi Gelmeti, Jorma Panula y Pinchas Zukerman.
Gasançon asume como su misión no sólo atraer a nuevos públicos y jóvenes a los conciertos de la Ofunam en su sede, la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, sino también a gente “que cree que no tiene derecho de asistir a estos conciertos porque piensa que son para público culto”.
A su juicio, la música es para todos y todas. “Un jovencito de 15 años puede apreciar la música de Gustav Mahler porque le habla al corazón, y su corazón es el mismo que el de un hombre mayor de 60 años; la diferencia es la percepción de la música y la experiencia, pero la emoción que trae la música es la misma para todos”, sostiene el director francés, que cuenta una anécdota en la que una vez que dirigió la Ofunam vio a un niño muy emocionado entre el público, que después fue a felicitarlo.
Y va más allá. Dice que el público se refleja también en la presencia de los músicos en el escenario.
“Yo, por ejemplo, como director bastante joven, quizás puedo atraer a través de mi edad a un público un poquito más nuevo, más joven, porque los jóvenes pensarán que si un joven como yo puede hacer música, entonces también esa música es para ellos, no sólo para los viejos directores de pelo blanco que sólo atraen a personas mayores. Entonces, a través de mi nombramiento, esto puede ser un buen signo de que la música se renueva y es para que todos puedan asistir a un concierto”, aventura Gasançon.
Foto: Amigos Ofunam
También plantea que buscará colaboración con escuelas para invitar a niños y adolescentes a los conciertos de la Ofunam, ofrecerá charlas con el público después de ensayos abiertos e incluso adelanta que retomará cosas positivas que hacen orquestas en París, donde reside, para aplicarlas en la Ofunam.
"Es la reflexión de qué es la música, cuál es la misión de la música y de una orquesta de música clásica o académica en nuestro mundo de hoy, porque no es el mundo de los años 70 u 80 del siglo pasado, ya cambió muchísimo y tenemos que construir un proyecto que incluya al mayor número de personas”.
“La cuestión de la inclusión es súper importante. Cuando hablamos de compositoras, de directoras, es para incluir a personas que se lo merecen, y que el público sienta que la música es para todos y todas. Invitaremos a jóvenes solistas y directores porque eso también es un buen signo que enviamos a la gente, para que vea que la música clásica o académica no está reservada”, concluye el futuro director de la Orquesta Filarmónica de la UNAM para el periodo de enero de 2023 a diciembre de 2025.