Padilla, municipio ubicado en el ombligo de Tamaulipas, tiene en su historia un registro que se asoma lamentablemente durante cada sequía: el paredón del héroe de Independencia, Agustín de Iturbide.
Tras el derrocamiento del emperador y su exilio, el país de joven independencia le declaró como traidor a la patria en 1824. A su regreso y con el desconocimiento de la decisión oficial, en primavera de ese mismo año fue fusilado en la entonces capital de Tamaulipas.
Por muchos años el municipio de Padilla fue uno de los más simbólicos del estado, sin embargo, con la construcción de la presa Vicente Guerrero, el poblado se fue inundando cada vez más hasta ser sepultado por el agua y se fundó una nueva Padilla en 1970, sin embargo en cada sequía, los vestigios de la vieja ciudad se asoman.
La presa Vicente Guerrero es la segunda más grande del estado, con una capacidad regular de 3 mil 910 millones de metros cúbicos de agua y en niveles extraordinarios hasta 5 mil 480 millones de metros cúbicos, pero durante la sequía de este 2020, bajó el nivel a un 48 por ciento de su capacidad, según el último reporte de la Comisión Estatal de Agua de Tamaulipas, emitido el 21 de mayo, antes de las tormentas que cayeron en el estado.
Es así como el edificio de la antigua escuela Miguel Hidalgo y otras estructura de la vieja Padilla se pueden ver como un espectáculo histórico en medio de la tragedia por la escasez de agua.