La Fuerza Aérea Mexicana conmemora el 107 aniversario de su fundación en el país. Durante este tiempo se han obtenido logros de gran trascendencia, se han preparado pilotos que han defendido a México y brindado apoyo a la sociedad civil en diversas situaciones y hechos naturales.
El historiador Francisco Ramos Alcocer recordó que el sur de Tamaulipas es parte de la historia de la aviación mexicana. Y es que hace 93 años aterrizó en el aeropuerto de El Moralillo, en el norte de Veracruz, el primer hombre que a bordo de su avión cruzó el Atlántico sin hacer escala, en una hazaña considerada como la mayor proeza de un hombre.
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El coronel Charles Augustus Lindbergh, aterrizó a las 3:07 de la tarde, el viernes 23 de noviembre de 1929, en el hermoso pájaro del cerro propiedad del As de la aviación norteamericana.
Instantes después de su llegada a Tampico abordó un vehículo con el cónsul de Estados Unidos, Peter Sloth y Fernando San Pedro representante del Ayuntamiento, para dar la bienvenida al conquistador del Atlántico, el cual recorrió la ciudad y fue conducido al consulado americano ubicado en la calle Díaz Mirón.
El entonces alcalde de Tampico, Manuel Arriaga, en presencia de las personas que esperaban al exterior, le impuso una medalla de oro, como obsequio al piloto por su visita al puerto de Tampico.
El primer campo aéreo en la región, fue el que se instaló en Chila sobre la estación de ferrocarril del mismo nombre, ya que los aviones fueron transportados de Veracruz a Tampico vía marítima para después ser llevados en los vagones del tren hasta Chila desde la aduana de Tampico.
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Las compañías petroleras como la Huasteca Petroleum Company ubicada a un lado de lo que hoy es la colonia Primero de Mayo en Mata Redonda, empezaron a construir pistas para sus aviones ante la inseguridad de la pista del Moralillo que era de particulares, ya que en una ocasión fue robado el cargamento con la paga para los trabajadores de los campos petroleros.
La pista de aterrizaje del Moralillo que fue una de las primeras en construirse, para 1920 tenía un hangar y un terreno de 450 por 600 metros con dos pistas. Para 1923 en estos terrenos se hacían demostraciones de los ejercicios militares y fue la pista de aterrizaje de Charles Limbert.
ICGC