La búsqueda de definir hasta el último borde del estilo propio, surcan en la itinerancia y el constante aprendizaje, el rumbo del crecimiento artístico de la joven Samantha Venegas y su sentimiento crítico sobre cómo expresar el arte.
Mochila al hombro previo a hacer un tatuaje sobre el cual asienta hasta cierto punto la solvencia de la vida del pintor, explica lo difícil que ha sido que su Tampico vea su trabajo, que quizá corto en temporalidad, ha sido ambicioso y enriquecido por grandes maestros, algo que muy poco se da en Tampico.
"Se está quedando corto" señala la artista plástico.
Aquí hace una crítica sobre el crecimiento cultural que no ha sido equitativo en hacia todas las vertientes del arte, y que en parte es una de las decisiones de emigrar a otra ciudad con mayor trascendencia cultural.
"Por una parte de hace años para acá, se ha apoyado mas al arte, sí, al baile de la huasteca, han ido que fortalecer las raíces, pero ¿qué más?, somos más que eso, no somos solamente huasteca, sí es muy importante, pero con esos bailes no estamos llegando al punto".
Indica que tras varios años, este aumento al apoyo cultural ha tratado de recuperar un terreno perdido, porque Tampico, asegura fue "un lugar donde antes de esta violencia, siempre fue bohemio y hubo cultura, pero siempre estuvo movido por los políticos, o allegados a la política, o los aferrados que toda la vida han hecho teatro".
Actualmente los exponentes de la cultura son más "ya no son 3 o 4 aferrados", sobre todo por el crecimiento del internet, hay más herramientas de aprendizaje y eso hace a las nuevas generaciones más arriesgadas.
"Llegas a lo que tus posibilidades técnicas alcanzan y ya, no han tenido un taller o no tendrían las bases formales que debe tener toda obra, sin embargo, están en la búsqueda de esos conceptos de esas formas intentando llegar más lejos, a veces a paso lento, pero llegan a resultados muy interesantes, pero si Tampico estuvieron apoyado un poco más o tuviera lugares a los que los jóvenes o acercar a maestros para aprender más, yo creo que el nivel cultural subiría mucho, y eso ayudaría socialmente, porque el arte va a ayudar a la gente cambiar" explica.
"Es un bueno momento para dar voz a esa personas, y para cultivar un público, que en unos años van a ir a las galerías, van a ir al teatro o van a producir, y entre más gente, será más rico" apunta.
Sin embargo, en el caso de la pintura, quien intenta introducirse en ella no lo hace en fondo, solo en forma, como algo recreativo.
Revela que en casos como la exposición "Viva la huasteca", ninguna obra tenía concepto,
"olvidemos la técnica, porque muchos aquí les fascina el arte abstracto, pese a que ya pasó la modernidad, la post modernidad, el arte contemporáneo... la gente no piensa en conservación, va a un taller y no pintan sin saber que los cuadros debe tener una vida larga, o la gente no sabe historia del arte".
Esto provoca trabajo con poca profundidad o sin seriedad, lo que reduce la perepción de calidad de las obras.
"Casi todos hace abstracto porque creen que es fácil, y no es así, es complicado porque tiene concepto. Otros piensan que una pintura es para relajarse, y no, ¡para relajarse vayanse a la playa!".
También dijo que pese a esta carencias, falta de espacios, incluso lo difícil que es conseguir material, los artistas "están en orfandad, no se puede juntar, armar grupos y compartir experiencia, para gestionar un lugar, exigir traigan cursos".
Relató que en un caso personal, entregó su currículum para acceder a una de las galerías del Metro, ya teniendo experiencia en salas importantes de ciudades como Xalapa, y la respuesta no llegó a la atención mínima, explicó.
"A veces la institución no te deja entrar a esta primer aduana, a este primer filtro, entonces ¿qué tengo que hacer?, ¿conocer a alguien?, ¿ir a quejarme?, ¿pedir el respeto por mi trabajo?... si en
Tampico un día me van a pelar, será cuando haya avanzado, porque hoy dicen 'esa niña que onda de donde salió" detalla la ganadora del 2016 del Ramón García Zurita.
Egresada de la Licenciatura de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana y con su trabajo pictórico enfocado en el realismo, ha puesto también enfoque en el tatuaje, donde han creado una oportunidad importante y un repunte, "es redituable, me ha ayudado a pintar y viajar, pero lo voy a dejar algún día porque la pintura ocupa más en mi vida en cada momento".´
ELGH