Teatro en municipios /I

Teatro

Y es que el teatro amateur, a pesar de que adolece de tantas cosas, tiene aquel impulso preñado de ilusión y de ganas de cambiar a la comunidad a la que se deben.

Como ellos mismos confiesan: están enamorados del teatro que es como veneno de alacrán, muy difícil de sacar del torrente sanguíneo. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

En un pueblo del municipio de Tlaltizapán, Morelos, uno de los más violentos del estado, se acuna el teatro desde hace —al menos— 22 años en que comenzaron a realizar la representación de la Pasión de Cristo cada Semana Santa. Con altibajos y, en más de una ocasión, riesgo de desaparecer, este grupo de mujeres, hombres y niños se han apasionado por la práctica humana de re-presentar a otros. Como ellos mismos confiesan: están enamorados del teatro que es como veneno de alacrán, muy difícil de sacar del torrente sanguíneo.

“Nosotros somos pueblo, pues, y lo hacemos por pasión”, te espeta uno de los actores como con culpa o pidiendo permiso al enterarse que su interlocutor es un profesional del teatro. “Aquí mi compadre es albañil, ella es la que atiende la farmacia, yo soy fontanero, éste es jornalero, ella enfermera, y toda esa bola de chamaquillos estudian desde primaria hasta prepa. Los que llegaron a la Uni, pues se nos fueron, aunque qué bueno por ellos”.

Ellos ya sabían que Mulato Teatro anda haciendo cosas por acá y nosotros sabíamos de ellos por ver algunas de sus funciones. El encuentro es en otro pueblo al que han sido invitados a presentar su pastorela decembrina. Están emocionados y al final de la representación piden disculpas mil por los hierros (que tienen mil pues falta mucho trabajo técnico) pero algo muy conmovedor se teje con su experiencia: el espíritu de comunidad y el compromiso inmenso que tienen con eso que han descubierto en el teatro.

Y es que el teatro amateur, a pesar de que adolece de tantas cosas, tiene aquel impulso preñado de ilusión y de ganas de cambiar a la comunidad a la que se deben. Cada noche, semana tras semana, arrancan horas a sus cansadas jornadas para ensayar en espacios inopinados hasta altas horas de la noche para preparar el Vía Crucis, alguna obra para el Día del niño, para el día de las madres, para los festejos de la Independencia de México o Revolución mexicana (a fin de cuentas tierra zapatista por excelencia) o bien su pastorela tradicional. ¿Cuáles son sus herramientas? Prácticamente ninguna.

TRASPUNTE

PRÁCTICA ESCÉNICA
La práctica escénica amateur en nuestro país puede —y requiere— del acompañamiento institucional para crear bases sólidas para sembrar a largo plazo un trabajo artístico perdurable —no solo en lo artístico— sino en la experiencia y memoria de las comunidades.

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