Una versión teatral alterna a la de la película de David Lynch de 1980, El hombre elefante, se montará por tercera ocasión en México, por azar, dos semanas después de la muerte del cineasta estadunidense.
A finales de 2024, el Teatro Helénico anunció en su programación que la pieza, escrita y llevada a escena por el director francés Antoine Chalard, estará presentándose por primera vez en el espacio de avenida Revolución, en funciones de viernes a domingo, del 31 de enero al 2 de marzo.
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El elenco incluye a los mexicanos Gabriela Betancourt, Esperanza Penagos y Leopoldo Bernal, y a los franceses Florent Malburet y al mismo Chalard. En el equipo creativo están Marie Vernhes (vestuario), Galina Molotov (diseño de máscara) y Elena Gore en producción ejecutiva y asistencia de dirección.
En febrero de 2023, Chalard y su compañía de teatro Midi estrenaron la pieza en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), basada en los diarios de Joseph Merrick, un británico de la época victoriana que sufría severas malformaciones congénitas, y del médico que buscó ayudarle, Frederick Treves.
El hombre elefante se presentó en el Festival de Avignon (Francia), Líbano y México (Cenart y Centro Cultural del Bosque). Ahora, en su tercera reposición, llega al escenario del Centro Cultural Helénico.
La historia se volvió popular cuando hace ya 45 años un treintañero David Lynch la adaptó a un guion, con Christopher de Vore y Eric Bergen, a partir también de los escritos de Treves y de Ashley Montagu, para llevarla a la pantalla grande protagonizada por John Hurt (Merrick) y Anthony Hopkins (Treves).
En contraposición a Lynch
El texto teatral de El hombre elefante es original de Chalard y toma distancia de la película del cineasta estadunidense; tampoco está relacionado con la pieza teatral de Bernard Pomerance de los años 70 que protagonizó el cantante inglés David Bowie, gran amigo de David Lynch, en el verano de 1980 en Broadway y escenarios de Chicago y Denver.
Según la compañía Midi, se trata de un himno al amor, un elogio a la belleza de la humanidad en todas sus formas, y cuenta la vida de Merrick (1862-1890) desde una perspectiva más optimista que el filme.
La productora Elena Gore dijo a este reportero en su estreno en el Cenart, en 2023, que Chalard no se basó en la historia del filme del recién fallecido Lynch, sino directamente en los diarios de Merrick y Treves.
“Nosotros no nos basamos en la historia de la película, más enfocada en lo terrorífico y malvado que pueden ser los humanos. Acá nos enfocamos en todas las personas que contribuyeron a que Merrick fuera quien fue en su educación, en su mejora física y en su protección”, dijo Gore en entrevista en 2023.
“Mucha gente pregunta si la obra se parece a la película. Pero, contrario al filme súper crudo de Lynch, acá los personajes están resaltados hacia lo bello, lo amable, lo generosos que pudieron haber sido con Merrick (quien padecía el síndrome de Proteo)”; agregó la también actriz y directora de escena.
La obra, de una hora y 20 minutos de duración, cuenta con poca escenografía y justo está sostenida por la interpretación de los personajes, en especial el de Merrick.
Florent Malburet, actor, productor y fundador de Midi con Chalard, interpreta a Merrick a partir del maquillaje que hace referencia a su padecimiento y con una expresión corporal bastante fuerte.
“La pieza está ambientada en la época en que vivió Merrick, pero no es realista; está enfocada un poco en la fantasía de lo que hubiera deseado Merrick sobre cómo lo trataban sus padres o la gente. Aunque las actuaciones son realistas, hay un toque fantástico, casi mágico, que tiene que ver con la poética de la belleza. Nuestra tesis es cuál es la poética, encontrar la belleza en un ser al que todos nombran un monstruo. Está basada en las relaciones entre los personajes, interpretados por actores”, agregó Gore.
La historia se desarrolla en Londres, en 1884, en un momento en el que el morbo ante las personas con deformidades o discapacidades físicas alcanza su pico más alto. La más famosa fue Merrick, conocido como El hombre elefante, quien es exhibido como animal debido a sus deformidades extraordinarias.
Sin embargo, su encuentro con el doctor Treves, un eminente cirujano, le dará la fuerza para seguir viviendo, desafiando las certezas del médico y cambiando la mirada de la alta sociedad.
El derecho a la diferencia
Sobre la pertinencia de la obra, Chalard explicó en un boletín de prensa: “Llevar hoy esta historia al escenario es defender una vez más el derecho a la diferencia y a la indiferencia. Desde el punto de vista didáctico, es reafirmar que una discapacidad a menudo encierra muchas riquezas y que la 'monstruosidad' es muy relativa. Pero, por encima de todo, es contar una historia magnífica que parece condensar todas las emociones humanas, ofreciendo un desarrollo dramático lleno de suspenso y giros sorprendentes”.
La producción señala que el montaje presenta tres niveles narrativos: en el proscenio, el espacio donde los protagonistas pueden interactuar directamente con el público; en el centro del escenario, la realidad presente del protagonista, su habitación de hospital, y en el fondo, un ciclorama traslúcido que crea una proyección tridimensional, permitiendo una interacción entre actores y asistentes.
Además, la música desempeña un papel fundamental, convirtiéndose cada pieza musical en una partitura de acción que acompaña el desarrollo emotivo e intelectual de los personajes. Aunado a que la iluminación, los vestuarios y la escenografía, en blanco y negro, aportan una dimensión de relato antiguo, de cuento filosófico, humanista y profundamente actual.
Curiosamente, la muerte de Lynch y el reestreno en teatro de El hombre elefante coinciden también con la proyección de la película estadunidense Un hombre diferente (2024), de Aaron Shimberg, donde Sebastian Stan interpreta a Edward, un aspirante a actor con deformaciones similares a las de Merrick. La interpretación de Stan le valió un Oso de Plata en el Festival de Berlín y un recién un Globo de Oro.
Apenas el jueves 16 de enero, se anunció que el cineasta David Lynch, a quien desde finales del año pasado se le había diagnosticado enfisema pulmonar crónico, había fallecido a punto de cumplir 79 años.
PCL