La obra de teatro Rebelión es casi como ver una película de ciencia ficción, dice Roberto Mosqueda, dramaturgo, director y actor de la puesta en escena. Para lograr esta atmósfera se tomaron en cuenta elementos como el diseño musical, de Edurado Esquivel, “que es una composición musical de toques cyberpunk; esto nos permite crear una estética que tiene mucho que ver con las distopías y con el futuro postapocalíptico”, explica Mosqueda.
También está el diseño sonoro de Joel Falcón, en el que resaltan sirenas de patrullas futuristas, naves, manifestaciones públicas, guerrillas, bombas y sonidos de laboratorio, entre otros. A estos se suma la propuesta de iluminación de Paola Arenas.
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Rebelión es un monólogo en el que se narra la historia de una civilización dominada por un régimen, que a su vez, explica Roberto Mosqueda, también está dominado por una entidad oscura.
“En este régimen, dominado por este espíritu maligno, cada cierto tiempo desaparecen mujeres y se libera un virus que se llama la sombra marrón. El virus se libera porque está contenido en los yacimientos del principal energético del sistema; el régimen, en lugar de controlar las extracciones, sucumbe a las leyes del mercado y empieza a extraer más energético”.
La historia, como su nombre lo dice, es una historia de rebelión en contra del régimen que los gobierna y tiene su punto de partida cuando asesinan al líder de la resistencia.
La puesta en escena surgió a partir de un conversatorio en el que Mosqueda y otros integrantes se reunieron para hablar de la masculinidad “entendida como una expresión violenta en la que (históricamente) se ha construido una imagen del hombre como el que más puede, el que más gana, el que más conquista, el que más viola, el que más está por encima de todos”.
Más tarde el dramaturgo se enfrentó a una de imposición de ideas y superioridad de manera constante en espacios de derechos humanos y resistencia. Esto hizo que Mosqueda enfocara Rebelión en el ego como algo que mueve hacia la destrucción, de ahí que la historia se desarrolle en una atmósfera de ciencia ficción y escenarios distópicos.
“En la obra hay un personaje llamado ‘el nodo’, una metáfora del ego. En Rebelión planteamos que el nodo está presente en el sistema, pero también en cada uno de nosotros, también en las personas que creemos que nos estamos levantando en su contra, pero en realidad estamos sucumbiendo ante él”.
Una de las reflexiones que se proponen en el monólogo, dice Mosqueda, es el silencio y la escucha como herramientas para promover la empatía y la compasión en todos nuestros espacios y relaciones.
Rebelión se presenta hasta el 28 de septiembre, a las 20:00 horas, en el Teatro La Capilla, ubicado en Madrid 13, colonia Del Carmen.