Es considerado una leyenda del flamenco: se trata del español José Fernández Torres, Tomatito, guitarrista y cantaor con talento nato que defiende la música tradicional de su tierra, pero que se lamenta profundamente no haber estudiado música, como se lo sugería su padre.
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Con el tiempo, esta rebeldía le ha costado: “mi padre, que ya no está entre nosotros, el pobre, siempre me dijo que aprendiera música. Yo no le hice caso y en todos los días de mi vida me acuerdo de él, por eso, y como no le hice caso, me jodí”.
No saber leer las partituras, confiesa el creador que se presentará este martes a las 20:00 horas en la Alhóndiga de Granaditas, en el 44 Festival Internacional Cervantino, le impide tocar de primera mano a los grandes compositores. Para hacerlo siempre recurre a algún amigo intérprete a quien sigue paso a paso.
“Los flamencos antes éramos más brutos, pensábamos que no había que aprender música porque se nos iba la gracia del flamenco, queríamos ser músicos aparte, con nuestro mundo. Pero la música universal es única, de eso me di cuenta luego, a la hora de querer aprender otros temas, otros músicos y otras cuestiones musicales importantes. Para poder ejecutar el Concierto de Aranjuez, con guitarra y orquesta tengo que poner a un amigo que toca música clásica frente a mí para que me indique nota por nota, porque yo no lo puedo sacar de oído. Hay una digitación, una manera de tocar para no serle infiel a la música, porque no está bien faltarle al autor y al compositor. ¡Ah! Me jodí, hay que estudiar música”.
En unas horas más, en el máximo recinto del Cervantino al aire libre, Tomatito presentará el espectáculo Soy Flamenco, basado en ese disco homónimo, en el disco Spain Forever y en los éxitos que ha cosechado a lo largo de su carrera.
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