Tonta no es tonta, es la comedia irreverente con que Adrián Vázquez exhibe, a través de la pieza interpretada por la venezolana María Antonieta Hidalgo, la microviolencia que crece con los apodos.
“Tonta es un grito de rebelión, es alzar la voz ante el abuso, la mentira y la hipocresía social”; dice el dramaturgo, productor y actor, que se ha convertido en un referente del teatro independiente con obras como Wenses y Lala, siempre con teatro lleno, aunque su trabajo más reconocido sea en las pantallas.
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El personaje es una joven que viste una minifalda de mezclilla, una blusa corta negra y un chaleco afelpado rojo. Su vestuario, junto con su peinado, que consiste en dos coletas, la hace parecer ingenua.
Producida por Los Tres Tristes Tigres, la obra de una hora de duración llega a una tercera temporada, los martes de agosto en el Centro Cultural El Hormiguero (Gabriel Mancera 1539), a las 20:00 horas. Primero lo interpretó en el Foro Shakespeare Arlet Gamino, que luego alternó con Lizeth Marcela. La responsabilidad de encarnar el rol recae ahora en Hidalgo.
Al igual que su obra Wenses y Lala (2012), Vázquez recupera con el lenguaje, con la palabra, la acción y, de la mano de Hidalgo, Tonta, en donde descubre la paradoja que voltea el insulto a quien lo profiere.
Está escrita a una sola voz, narrada y por momentos dialogada, ubicada en cualquier lugar del país, por Adrián Vázquez, actor de películas como Ruido, Cosas imposibles, Polvo, además de escribir y producir piezas para teatro como Wenses y Lala, Dos para el camino o Los días de Carlitos.
“En las microviolencias con las que habitamos y convivimos todos los días, a veces no nos damos cuenta del daño que se genera o generamos en alguien. En contrasentido, el personaje de María Antonieta (en la obra igual) viene a mostrar que ella no es una tonta. Con el discurso de la obra venimos a demostrar que no hay nadie tonto y que, generalmente, quienes van por la vida juzgando a otras personas como ‘tontos’ son precisamente quienes podrían ser los tontos”, comenta el autor.
A través del relato que encarna Hidalgo, Tonta cuenta la vida de una joven que intenta encontrar en el significado de las palabras, la verdad de la existencia. Es la historia de una persona a la que desde pequeña apodan ‘tonta’, pero que cuando tiene que emprender su propio camino, su vida cambia.
Humor ácido
Vázquez encontró en el humor ácido de la actriz la complicidad para que su personaje muestre el contrasentido que implica el título de la obra, durante la cual va narrando su vida desde niña a joven, desesperada por encontrar trabajo para mantener a un hijo putativo, abandonado a ella por sus padres.
María Antonieta Hidalgo es actriz y periodista venezolana. Tiene más de 13 años de carrera artística, dedicándose principalmente al cine, al teatro y a la televisión.
Recibió premios como Mejor Actriz Principal y Actriz del Año en festivales de Los Ángeles, Nueva York, Rusia, India, Japón y América, por su papel protagónico en la película Dos Otoños en París.
En charla tras el reestreno de la pieza ya montada en 2016 y 2018, la protagonista indica que Tonta representa la crueldad que viven personas que se son sometidas por otras al bullying.
“¿Cómo puede vivir alguien con un estigma, con esa carga (el apodo) impuesta desde la niñez? ¿Cómo puede crecer alguien cargando eso”, reflexiona Hidalgo sobre el personaje de la joven naive.
“Algo muy bonito en este proceso, es que este personaje es objetivo. Mi trabajo fue desprenderme de los juicios de actriz, del ser humano, para entender que el personaje toma la vida con tanta literalidad que no tiene ningún tipo de juicio. Para ella, nada es bueno ni malo, es el mayor aprendizaje del proceso y hacer las cosas. Nada es bueno ni nada es malo”
En la puesta en escena, la joven irá descubriendo la ternura y el desparpajo de su pensamiento fugaz que la lleva a afrontar los problemas cotidianos de la vida de maneras poco convencionales, inclusive su participación casual en la industria de la pornografía, a pesar de su ingenuidad y candor narrativos.
En Tonta, Nattz Landaverde es asistente de producción, El Grupo está a cargo del vestuario y Adrián Vázquez es el encargado del espacio escénico e iluminación, Ieve González y Santiago Ulloa el Diseño Gráfico y Carlos Patrick Casanova la producción ejecutiva.
PCL