Trasladan anclas del siglo XVI a San Juan de Ullúa

Fueron entregadas en Villa Rica, Veracruz, al equipo que busca restos de los barcos de Hernán Cortés.

Fueron localizadas en la Bahía de Villa Rica, en Veracruz. (Cortesía: Roberto Junco)
Ciudad de México /

Dos anclas antiguas completas en buen estado, utilizadas por embarcaciones para fondear, fueron localizadas en la Bahía de Villa Rica, en Veracruz, y entregadas al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El arqueólogo Roberto Junco, titular de la subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, a cargo del proyecto que busca desde 2017 los navíos en los que llegó Hernán Cortés a esas aguas, dijo a MILENIO: “Un pescador de la comunidad de Villa Rica nos informó que alguien las había sacado del mar y que él podía entregarlas al INAH, amablemente nos contactó para avisarnos. Se hizo un acta de entrega recepción y las llevamos a San Juan Ulúa, donde se preservan con la intención de exhibirlas”.

El especialista reconoce que estas anclas tienen características similares a otras tres que el equipo de arqueología subacuática localizó durante los trabajos de exploración realizados en ese sitio, aunque “es muy temprano para saber si tienen relación con las otras piezas encontradas, pero están completas con su arganeo, es decir, el círculo que tiene al final, conocido como grillete que la sujeta a la cadena; la caña, la parte central que va del arganeo a los brazos que unen a las uñas, sus garras”.

De acuerdo con los registros de la historia, el 11 de abril de 1519 llegó Hernán Cortés en sus naves a estas aguas, y al ver la riqueza de la vegetación, bautizó el sitio como Villa Rica de la Vera Cruz.

Mientras realizan los estudios a esos vestigios, el arqueólogo dice que en la playa de la Villa Rica se presenta una exposición fotográfica en la que se muestran los trabajos de exploración subacuática en ese lugar, que todavía tiene muchos secretos por desvelar.

—¿Ya analizaron las dos anclas que les fueron entregadas y llevadas a San Juan de Ulúa?

Estamos en ello, apenas hace unos días que logramos moverlas, estamos empezando con los protocolos de conservación y las vamos a estar estudiando. Pero bueno, sí hay similitudes con las anclas del proyecto, sí nos parece que pueden ser anclas muy tempranas, pero hay que trabajar un buen rato para corroborarlo, aunque sí es tardado y complicado poder hacer esa aseveración.

—¿Qué estudios le harán para hacer la comparación con las otras tres que tienen identificadas como del siglo XVI?

Ahorita lo que queremos es rescatar el metal porque el hierro se deshace una vez que sale del agua, es un proceso muy agresivo de deterioro, el chiste ahora es frenar ese deterioro, se tienen que estabilizar, y cuando vayan perdiendo todas estas piedras y arena que tienen incrustadas, la forma de esas anclas será mucho más fácil de leer. En ese momento vamos a poder hacer ya un tipo de anuncio de conclusiones.

Me encantaría poder dar otras noticias más emocionantes, aunque la arqueología es así, se toma su tiempo. Pero digamos que es muy positivo que la gente esté cobrando conciencia sobre que el patrimonio cultural subacuático es de todos, que no está bien andar sacando piezas del agua, gracias a Dios.

—¿Después de la pandemia, este año ustedes iban a explorar nuevamente el sitio en búsqueda de los navíos de Hernán Cortés?

Pues sí, pero hemos tenido muchos compromisos en estos últimos años con el tema del Tren Maya, otros casos en Tamaulipas, Sonora, Baja California y Yucatán, que han requerido de nuestro tiempo y de nuestro esfuerzo para poder proteger justamente el patrimonio cultural subacuático. En ese sentido, aunque este proyecto es muy importante y muy querido por mí, no tiene prioridad, de alguna manera puede esperar porque no corre ningún riesgo. Así que hemos estado trabajando para poder registrar y estudiar patrimonio para que no se vea afectado por las obras de infraestructura.

—Cuando retomen el proyecto, ¿cuántas anclas y cuántos barcos esperarían encontrar?

Es difícil decirlo, pero estaríamos buscando entre 10 a 12 anclas más o menos, y unos nueve u ocho restos de embarcaciones. Considerando que algunos de los barcos los encallaron en la playa para deshacerlos, pero los barcos más grandes seguramente, como dicen las crónicas, los barrenaron o los hundieron, aunque también pudieron haber sido parcialmente quemados, por eso estamos buscando esa parte baja de los cascos, esos sí creemos que están ahí en las aguas de Villa Rica.

PCL

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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