Triana Parera, seleccionada para el Festival Internacional de grabado de Bilbao, FiG Bilbao Open Portfolio, en 2019, llega con su exposición Tres segundos al Museo de la Ciudad de México.
La artista visual, diseñadora e ilustradora (México, 1988) pintó nada menos que el cerdo Algie para el concierto de Roger Waters en el Palacio de los Deportes en 2016, y en 2018 hizo los telones de la presentación de Panteón Rococó en Vive Latino.
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Interesada por indagar en lo absurdo de la realidad, presenta 13 obras –12 pinturas y un políptico conformado por seis pinturas– y una instalación con la que pretende involucrar al espectador en su lenguaje artístico.
Parera, egresada de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, explica que las obras de esta muestra, a inaugurarse el viernes 26, son resultado de una búsqueda por representar lo que sucede en su interior desde hace unos años.
“Mi intención es mostrar justo ese trabajo que ha sido muy interesante a nivel personal, y ver de qué forma podría invitar también a los visitantes a que se avienten un clavado al interior de ellos mismos”.
Relata a MILENIO que un día se dio cuenta de que se sentía fuera de sí, fue un momento en el que necesitaba reconocerse porque percibía que había muchas Trianas dentro de ella.
“A partir de que pude expresar ese sentir por medio de mi pintura, me construí diferente, volví a acomodarme como si se tratara de una especie de temblor, fue para mí como una reestructuración. Ese instante me interesó representar, hubo un cambio y pude reconstruirme desde mis vivencias”.
Variaciones de color
El título de la muestra, Tres segundos, obedece a que la curadora Norma Barragán, su maestra en La Esmeralda, analizó su discurso y le dijo que tres segundos son los que tarda el cerebro humano en tomar una decisión para actuar.
“Empecé mi exploración en 2020, pero desde 2014 existió esa inquietud de la multiplicidad de rostros, como personas distorsionadas que al final pude codificar. Están así por la multiplicidad de pensamientos y los represento en variaciones de color”.
Sobre la instalación dice que es un juego, un experimento, porque decidió descomponer una pintura en 3D a partir del color. “Lo que sugiere esta obra es que debe ser transitada por el público para que se llene de color”.
“Recurrí a los acrílicos transparentes y a la forma de una circunferencia de 1.50 metros de diámetro; lo hago con pedazos que conforman este círculo que envuelve a los visitantes”.
La pintura para ella es un medio que le permite expresarse, comenta que lo que busca es representar sus ideas de la mejor manera posible, aunque eso no la limita para experimentar con el video o el grabado: “Considero que es la idea la que te propone el medio, ya sea la gráfica o la pintura”.
Este ha sido el caso en sus participaciones con artistas como Roger Waters o Panteón Roccocó.
“Lo que sucedió con Waters es que necesitaba a dos artistas que pintaran al puerco Algie, que iba a volar. Estábamos Reez Ruiz y yo, y nos dijo: ‘Pinten lo que quieran pero relacionado con el contexto mexicano. En esos años se había registrado la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Lo mejor es que él estuvo al pendiente de todo, y lo más importante es que supo delegar y nos dio total libertad”, detalla.
Su intervención en Vive Latino fue un encargo que le hizo una empresa en la que trabajaba dedicada a realizar audiovisuales y producción de escenarios.
“Necesitaban una propuesta para el escenario de Panteón Roccocó, entonces se me ocurrió que lo correcto era hacer un grabado por toda la historia que tiene la gráfica en México. Aunada a la presencia del grupo, pensé que era la oportunidad de llevar esta expresión a ese tipo de lugares y entonces logré hacer un telón de 10 por 15 metros cuadrados”.
Para ella la exposición Tres segundos fue como hacer una película, dio lo que le tenía que dar, por eso afirma que seguirá adelante porque no puede quedarse en una representación de lo mismo, y aunque al final sería cómodo, prefiere seguir indagando y jugar con la experimentación.
La muestra podrá visitarse en el Museo de la Ciudad de México, José María Pino Suárez 30, en el Centro Histórico, hasta el 3 de septiembre.
hc