Como cineasta, Jesús Canchola desarrolló un proyecto como Agua agridulce, cuyo objetivo primordial era hablar con honestidad de la identidad de género o de la sexualidad, en especial para los tiempos que se viven, pero su experiencia no quiso dejarla sólo ahí, sino también busca acercarse a los padres de familia a través de la literatura, lo que propone con el libro ilustrado Pepito tiene una muñeca.
“Llevo años con la idea en la mente de contar la historia de haber sido un niño que creció jugando con muñecas y no estaba muy definido en qué formato hacerlo, empecé a investigar y me di cuenta de la importancia de contarlo como libro infantil: tengo experiencia como dramaturgo y escribiendo para cine, pero al investigar con el formato infantil, me encantó la conexión que existe entre las imágenes y el texto”.
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Se trata de un relato que refleja buena parte de sus experiencias en Guanajuato: un niño que creció jugando con muñecas y que tenía a miembros de la familia que se las quitaban, se las tiraban o le decían que no debía jugar con las muñecas, a no ser por la existencia de su abuela, quien se convirtió en una fuerza “para entender que lo que estaba haciendo no tenía nada de malo, que podía jugar libremente”.
“Para mí fue muy importante y como adulto se me hizo esencial compartir ese tipo de historias, porque todos necesitamos esa voz que nos ayude a encontrar nuestra propia voz interna del amor propio. Así nació el cuento que quiero compartir con los niños y con los padres de familia, pero también en español y en inglés”.
Desde Chicago, donde radica en la actualidad, Jesús Canchola se muestra convencido de que la mayoría de los niños simplemente expresan su imaginación cuando juegan con una muñeca: no todos los niños son gays por ello y “la idea es que no debieran existir problemas, que podrían jugar sin los prejuicios de los adultos y ese el principal mensaje de Pepito tiene una muñeca”.
“El protagonista de este relato es un niño tímido, que no tiene muchos amigos y su muñeca Lola lo acompaña y eso, para mí, es parte de la imaginación de un niño”, de ahí el interés de ofrecer una edición bilingüe y con ilustraciones, que estuvieron a cargo de Armando Minjárez Monárrez.
Pepito tiene una muñeca toca un tema universal, porque la diversidad forma parte de nuestra realidad cotidiana, siendo uno de los propósitos de Jesús Canchola el producir un ejercicio educativo desde diferentes perspectivas.
PCL