Una denuncia auditiva y monumental contra la corrupción es la instalación artística Hope Hippo, de Jennifer Allora (Estados Unidos, 1974) y Guillermo Calzadilla (Cuba, 1971), que se exhibe junto con la muestra Los artefactos subordinados. Objeto, cuerpo y acción en la colección MACG, en el Museo de Arte Carrillo Gil.
Este recinto alberga, a partir de hoy, la obra diseñada en barro, hecha gracias al apoyo de la Fundación Alumnos. La pieza de dos toneladas llega a México tras haberse exhibido en la edición 51 de la Bienal de Venecia y presentado en el Aspen Art Museum como parte de Restless Empathy (2010); en el Muséum National d’Histoire Naturelle por el Festival d’automne à Paris (2013-2104); en Terrapolis, en los jardines de la École Française d’Athènes (2015) y en la Fundación Antoni Tàpies en la muestra Allora & Calzadilla (2018).
“En conjunto, estamos exhibiendo también la muestra Los artefactos subordinados. Objeto, cuerpo y acción en la colección MACG, a partir de un trabajo documental que ha hecho el equipo curatorial del museo, justamente hablando de la pertinencia de todos estos objetos que forman parte de nuestra colección y que han sido momentos muy importantes del trabajo y de la disciplina conjunta entre los performances y las instalaciones”, dijo Vania Rojas, directora del MACG.
La directora del MACG precisó que el hipopótamo monumental de Allora y Calzadilla fue realizado en México por Carlos Bustos, Franco Martínez, Gerardo Ramos, Mario Reyes y Moisés Cosío, artesanos de Tlaquepaque, Jalisco.
María Fernanda Lagos, directora de la colección de arte del Instituto Alumnos, a la que pertenece Hope Hippo, indicó que esta escultura monumental convocará al público a interactuar y a reflexionar sobre el concepto de la corrupción, ya que se les invitará a contestar la pregunta ¿qué es para ti el acto de corromper?
“Se colocarán al lado de Hope Hippo unos papeles adhesivos para que los visitantes puedan escribir a mano, con lápices, su visión sobre este concepto, e irán pegando los papeles en una pared, transformándola, con ello, en una obra de arte.
“Nosotros queremos que la gente se lleve de la exhibición una experiencia que genere reflexión, ya que en el instituto consideramos que es la forma más eficaz de generar conocimiento. Me gustaría pedirles que vengan a conocer la exhibición y que la difundan, ya que más allá del discurso de los artistas, es una pieza que se activa mediante las interpretaciones y la interacción del público con la pieza”.
En la cédula de la sala del tercer piso del MACG, el público puede leer que este hipopótamo adormilado de tamaño natural creado como alegoría de los monumentos militares ecuestres —elemento escultórico recurrente en cualquier ciudad—, se exhibió por primera vez en la Bienal de Venecia de 2005, y desde entonces, “el caballo de río” (híppos: caballo, potamós: río) está destinado a llevar sobre su lomo a un performer.
Para la primera exhibición en México de Hope Hippo se ha recurrido a un actor-lector que permanecerá sentado sobre el lomo del hipopótamo; su tarea es leer el periódico del día y encontrar alguna noticia que denuncie o mencione un acto de corrupción; cuando eso sucede, tiene que alertar sobre este hallazgo con un fuerte silbido, sonido que se aspira a transformarse en una potente denuncia sonora que podrá escuchar en todo el museo.
Tanto la exposición, que representa una revisión del acervo del museo en la que se relacionan algunos objetos con apuntes documentales de manifestaciones performativas realizadas en el recinto, y la instalación Hope Hippo, permanecerán montadas en el MACG hasta el 16 de septiembre de 2018.