Por última vez hasta su subasta, el próximo 27 de junio, el público pudo ver el viernes la polémica obra Judith y Holofernes, encontrada en una buhardilla de Toulouse en 2014 y atribuida al pintor Caravaggio aunque su autenticidad sigue siendo motivo de debate.
La obra, expuesta por unas horas en la casa de subastas Drouot, tiene un valor estimado de entre 100 y 150 millones de euros, pero partirá de una base de 30 millones de euros en la venta que tendrá lugar en la localidad francesa de Toulouse en la casa Marc Labarbe, quien la halló en 2014.
“No tengo ninguna duda porque he trabajado en él durante 5 años. Considero que puedo hablar tanto como tantos que no lo han visto y dan su opinión. Cuando presentamos el cuadro en Italia sabíamos que comenzábamos una carrera entre escuelas porque los expertos se odian entre ellos”, dijo Labarbe en entrevista.
Al cuadro, fechado en 1607, se le perdió la pista en 1617 y solo unas cartas entre mercaderes, así como una copia del pintor Louis Finson, amigo y agente de Caravaggio, testimoniaban su existencia.
La autenticidad de la obra divide con violencia a los expertos, si bien sus descubridores defienden que cada vez más especialistas se convencen de la autoría de Caravaggio por la calidad de los trazos.
CLAVES
PROPIETARIOS
Los actuales propietarios del cuadro son descendientes de un soldado francés que participó en las campañas napoleónicas.
LADRONES
Se encontraba en un altillo dentro de una buhardilla e incluso pasó desapercibida para unos ladrones que vaciaron el lugar años atrás.