UNAM reedita libro de cartas de Frida Kahlo

El ejemplar reúne documentos de forma cronológica, desde que la pintora mexicana tenía 16 años.

La presentación se realizó en la Casa Azul. (Foto: Ariana Pérez)
Ciudad de México /

Es suficiente con leer las cartas escritas del puño y letra de Frida Kahlo para conocer un poco más a la artista; su manera desenfada de expresarse, con dichos y expresiones populares que el permiten al lector acceder a su pedestal.

La mujer, la artista, la amiga, la esposa a la que le gustaba firmar sus misivas de diversas formas: Frida, Friduchita, Friduchín, Frieducha, Friedushka y hasta Frieda, su nombre en alemán, se ofrece desenfadada y transparente.

María E. Saldoval, actriz y locutora, hizo una lectura dramatizada de algunas de estas cartas publicadas en el libro Escritura Frida Kahlo, selección, proemio y notas de Raquel Tibol.

Quienes acudieron al Museo Casa Azul, a la presentación de esta reedición de la UNAM, tuvieron la oportunidad de imaginarse a la pintora mexicana deambulando por su patio, pues en este inmueble nació y falleció la artista mexicana, actualmente mejor cotizada en el mundo del arte.

Guadalupe Valencia, como Coordinadora de Humanidades de la UNAM dijo que dicha presentación era evocadora “porque en este mismo patio Frida paseaba, y tal vez iba pensando en las frases que plasmaba en su cartas y en algunas imágenes que después con sus pinceladas nos dejaría”.

Y precisamente en ese sitio, se escuchó una voz que le dio sentido a su escritura. La actriz leyó la carta que no tiene desperdicio. La que Frida Kahlo dirigió a Ella y Bertram D. Wolfe, fechada en París el 17 de marzo de 1939.

“(…) Cuando llegue me fue de la chi…fosca…pues mi exposición no estaba arreglada. Mis cuadros me estaban esperando muy quietecitos en la Aduana, pues Breton ni siquiera los había recogido. Ustedes no tienen ni la más ligera idea de la clase de cucaracha vieja que es Breton y casi todos los de su grupo de surrealistas. En pocas palabras, son unos perfectos hijos de… su mama (…) Pero en resumida síntesis tardó un mes y medio el asunto antes de que fuera la mentada exposición. Todo esto sucedió con acompañamiento de pleitos, habladurías, chismes, rabias y latas de la “pior” clase. Por fin, Marcel Duchamp (el único entre los pintores y artistas de aquí, que tiene los pies en la tierra y los sesos en su lugar) pudo arreglar con Breton la exposición. Se abrió el día 10 de éste en la galería Pierre Colle, que según me dicen, es de las mejores de aquí...”

Le puso tanto énfasis a su actuación, que nadie parpadeaba siguiendo la misiva de la pintora, que iba narrando a sus amigos con lujo de detalle todo lo que pasó en su primera y única exposición en París.

“Hubo gran cantidad de raza el día del opening, grandes felicitaciones a la 'chicua', entre ellas un abrazote de Joan Miró y grandes alabanzas de Kandinsky para mi pintura, felicitaciones de Picasso y Tanguy, de Paalen y de otros 'grandes cacas' del surrealismo…”

Ella y Bertram D. Wolfe fueron personajes importantes en la vida de Diego Rivera, pues Bertram escribió la mejor biografía sobre el muralista mexicano, y Ella, la mejor fuente que pudo consultar la biógrafa de Frida, Hayden Herrera, a decir del historiador y director del Museo Nacional de Antropología, Antonio Saborit, quien contó que cuando se enteró que Ella estaba viva, todavía a los 100 años, viajó a San Francisco para conocerla y entrevistarla.

Con la presencia de Perla Labarthe Álvarez, Coordinadora General del Museo Frida Kahlo, Diego García del Gállego, Coordinador del Programa Editorial de la Dirección General de Divulgación de las Humanidades subrayó que en este ejemplar no están compiladas todas las cartas que escribió Frida Kahlo.

“Ojalá se pudiera hacer un tomo con toda la correspondencia. Aunque esto es todo un tema relacionado con los derechos de autor, porque luego no se sabe quién es el dueño, el que las envió o el que las recibió y, además habría que conseguirlas”.

Raquel Tibol, como lo cuenta en el proemio, se dio cuenta del personaje que era Frida Kahlo y reunió estos documentos de forma cronológica, desde que es una jovencita de 16 años, novia de Alejandro Gómez Arias.

“Aunque hay un hueco de un periodo porque de repente aparece en San Francisco, ya pintado, cuenta sobre su estancia en Nueva York, luego su exposición en París, y luego los últimos años viviendo en Coyoacán, ya muy enferma. Se vuelve un relato de la vida de Frida Kahlo, que por eso, este libro de puede leer como una novela”.

Indicó que este libro se fue a pasear a sellos privados, pero hace ya 15 años que no estaba en el mercado, la última edición se publicó hace tres lustros.

Después del trabajo editorial que implicó el anexar un índice onomástico y otro de apodos y apocorístico, García del Gállego se confiesa admirador de la Frida Kahlo escritora, y no lo era antes por toda la fiebre que existe alrededor de ella. “Pero leyendo este libro me enamoré del personaje”.

El libro se puede adquirir en las librerías de la UNAM a un precio de 250 pesos.

PCL

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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