Enrico Caruso, entonces el más importante cantante italiano de ópera en el mundo, se tomó el tiempo para trazar un cartón del entonces Venustiano Carranza. Esto sucedió durante sus presentaciones en México en el Teatro Esperanza Iris en 1919, todo un descubrimiento que comparte el investigador de la caricatura Agustín Sánchez González.
El autor del libro La caricatura como arma política, un clásico dentro del humor gráfico, dice que a lo largo de su indagación sobre las caricaturas realizadas a Carranza (1859-1920) fue asombroso encontrarse con que Caruso, como la gran figura operística que era, centrara su atención en el mandatario mexicano.
“Caruso tiene muchas caricaturas, y en una de sus últimas giras vino a México. Aquí hizo una caricatura de Venustiano Carranza. La imagen no la conocía, fue casual que la encontré en internet. Busqué a quien la difundió pero no tuve suerte, nunca me respondió, entonces pedí a Juan Terrazas, director del Museo de la Caricatura, que me hiciera una copia, y es la que se muestra en la exposición”.
En entrevista con MILENIO, precisó que la caricatura de Caruso (1873-1921) aparece con el título “El Caruso Mexicano: Una furtiva lágrima!”, publicada en El monitor republicano el 6 de octubre de 1919.
El especialista dio con esa imagen porque revisó medios, archivos, documentos y libros para sustentar la exposición Cuando veas sus barbas cortar… Don Venus en la mirada de sus críticos, que se presenta durante este fin de año en el Museo Casa de Carranza, en Ciudad de México.
Mano dura
La exposición cuenta con más de 50 imágenes; reúne caricaturas rescatadas de la hemeroteca de la Casa Museo de Carranza así como de los archivos personales de Sánchez, compilados desde hace más de un cuarto de siglo, y coincide con el 164 aniversario del natalicio de Venustiano Carranza, el 29 de diciembre.
Sánchez afirma que las caricaturas recrean el mundo a través de una perspectiva crítica de la realidad, tomando como centro a los personajes públicos y a los hechos del día a día.
Como historiador especializado en caricatura mexicana (ha publicado una treintena de libros) quiso incluir en esta exhibición la mirada de los artistas José Clemente Orozco y Miguel El Chamaco Covarrubias (uno de los monstruos de la caricatura), que también se inspiraron en Carranza. Orozco lo dibujó de una manera crítica porque colaboraba en El hijo del Ahuizote.
Al contrario de Francisco I. Madero, quien nunca censuró las caricaturas, entre ellas los cartones de él que publicó Multicolor o El hijo del Ahuizote, Carranza no daba cabida a la libertad de expresión.
Por esta razón se registró el cierre del periódico Gladiador con lujo de violencia. Carranza dio la indicación de que fuera clausurado en 1917 debido a que él no comulgaba con las ideas políticas y editoriales de ese medio. En sentido contrario, promovió la creación de nuevos periódicos, como El universal y Excélsior.
Sánchez González asegura que esta exposición es pionera para abordar a Carranza, en cuya biblioteca hay mucho material por indagar y por trabajar, por lo que espera que el museo abra las puertas a los investigadores pues hay una enorme veta para la caricatura. El recinto conserva un total de 300 caricaturas sobre el presidente constitucionalista.
“Son caricaturas muy formales, no son críticas porque Carranza fue un controlador, como todos en el poder. No les gusta más bien les molesta la caricatura, todos quieren aplausos, es como la fábula del traje del emperador, ninguno quiere cuestionamientos. Carranza controló a sus propios caricaturistas, como Salvador Pruneda, estuvo a punto de fusilarlo”.
Imágenes de diversas épocas
Las caricaturas de Carranza van desde la época en la que apenas iniciaba como una figura relevante, por ejemplo, aparece dibujado en Multicolor, una de las más importantes publicaciones en la historia de la caricatura.
En 1916, también fue caricaturizado durante la invasión “punitiva” contra Pancho Villa en Chihuahua, ya que se le acusó de sumisión y complicidad con los estadunidenses.
Otras caricaturas están relacionadas con su triunfo como primer jefe constitucionalista.
Son tan atractivas las imágenes que, además de mostrarlas en las salas, algunas se pueden apreciar en gran formato afuera del Museo Casa de Carranza.
caov