Viqueira Pop

Teatro

A lo largo de hora y media, el dramaturgo-director nos lanza a un repaso histórico de la relación entre música pop, medios de comunicación y política en el México contemporáneo.

Tengo un reparo mayor a "La insoportable levedad del pop", sin embargo. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

Richard Viqueira es uno de esos directores de la escena mexicana que no se pueden obviar. Gusta o no gusta, se comulga con él o no, remueve tripas o entusiasma desmedidamente, pero a nadie deja indiferente. Desde Vencer al Sensei o El evangelio según Clark hasta PsicoEmbutidos o Bozal, Viqueira ha seducido por sus imágenes, un humor naif y hasta infantil que resulta profundamente perturbador, ingredientes que siempre pasan por altas dosis de trabajo físico y violencia. Ahora ha estrenado La insoportable levedad del pop con Jennifer Sierra, Rocío Damián, Ángel Luna y Valentina Garibay sobre el escenario del Teatro Benito Juárez del Sistema de Teatros de la Ciudad de México (jueves y viernes 20, sábados 19 y domingos 18 hrs.).

A lo largo de hora y media, el dramaturgo-director nos lanza a un repaso histórico de la relación entre música pop, medios de comunicación y política en el México contemporáneo, pasando a cuchillo a todos los presidentes de la República desde Díaz Ordaz hasta Peña Nieto (faltó sin duda Luis Echeverría). A todos pasa a cuchillo (muy de Richard), exprimiendo los nexos entre absurdos, sexosos y convenientes que los artistas del pop mexicano y extranjero han sostenido con los poderosos y sus prepotentes vástagos.

Al final, Viqueira nos propone una reflexión de cómo la industria de la música construye un storytelling en el inconsciente colectivo, es decir: cómo transforma, moldea e instala un discurso en la mente de millones de personas deliberadamente. Por tanto, no hay inocencia en la relación poder-música como medio de control de masas. Sin embargo, bananeros que somos, siempre ha de surgir de entre las grietas de tal vínculo lo incoherente y lo absurdo que evidencie las no santas intenciones discursivas.

Tengo un reparo mayor a La insoportable levedad del pop, sin embargo. La estructura pasa por encima de los hechos sin profundizar y queda en un plano enunciativo, resulta repetitiva y genera una monotonía que —desde mi punto de vista— desconecta al espectador.

TRASPUNTE

TRABAJO DE EQUIPO
Viqueira tiene la habilidad de generar equipos de trabajo que se entregan a cabalidad en sus procesos. Aquí sus actrices y actor se parten la madre con una entrega impresionante y agradecible. Un gran equipo.

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