En Tamaulipas la figura del maestro, dramaturgo y crítico de teatro Rafael Solana se ha perpetuado a través del concurso que anualmente se hace en su nombre. Esta festividad reúne a teatristas de todo el estado norteño-fronterizo que se suman con un frenesí sorprendente a las charlas, conferencias, presentaciones de libros, cursos y, por supuesto, la presentación de obras propias y ajenas. Podríamos decir que el Solana, como le nombran coloquialmente, ha resultado también en una especie de escuela anual donde dos centenares de personas con muy diversos niveles de formación se reúnen para formarse en las múltiples tareas del quehacer escénico: dramaturgia, dirección, voz, actuación, iluminación, vestuario, etcétera. Abrevadero anual, oasis formativo, este 2024 tuvo como maestros a Verónica Maldonado, Carola García (Puerto Rico), Everth Yamil, David Alejandro Colorado, Luisa Huertas, Miguel Espinosa, Frida Orozco, Carla Villagómez, Omar Silva y Tesa Aranda.
Lo que salta a la vista es que esta escuela anual en el marco de un concurso como el Solana no es suficiente, al tiempo que la efervescencia es total. Hay muchísimos grupos en Tampico, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y otros puntos del estado con un nivel primordialmente amateur pero con unas ganas enormes de comerse el mundo. Y los profesionales del teatro no son suficientes para contender, quizá, con una escuela de nivel universitario aunque las estadísticas hacen evidente su necesidad. La fuga de talentos en Tamaulipas es evidente pues, para seguir formándose, aquellos que aspiran a ser profesionales tienen que migrar a Guadalajara, Monterrey, Xalapa o Ciudad de México. Creo que ya es tiempo de pensar en una universidad de las artes para Tamaulipas o en esquemas más sólidos de formación. El Concurso Estatal de Teatro Rafael Solana es una buena vitrina, una estupenda catapulta de nuevos talentos y una escuela efímera que bien valdría la pena extender.
Traspunte
Riqueza teatral
Con montajes como El ogrito, Lo que queda de nosotros, #FatKary, La flor con menos pétalos y Ana, relato de una víctima, entre otros, esta emisión del Solana mostró un pulso importante de la energía, riqueza y carencias del teatro tamaulipeco.