Inmuebles históricos que aún sobreviven en Xonacatlán

La “capital del peluche” contaba con al menos 19 monumentos históricos que forman parte del inventario del INAH, pero seis ya desaparecieron.

La falta de recursos complica su mantenimiento. (Iván Carmona)
Xonacatlán /

En el corazón de la cabecera municipal, frente a la plaza Benito Juárez, se encuentra la casa de quién fue el fundador del municipio en 1870, Celso Vicencio Hernández. Impulsó obras sociales, educativas y políticas en beneficio de la población, fue juez conciliador y de primera instancia, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado, secretario general de Gobierno, senador, director del Conservatorio de Música, gobernador interino y director del Instituto Científico y Literario del Estado de México.

Hoy la dueña de la casa marcada con el número 11 es Rafaela Betancourt Vicencio, sobrina nieta de Celso Vicencio, quien tiene 84 años.

Aunque parece abandonada, la casa está habitada; su exterior está pintado de blanco con rojo y cuenta con 11 columnas que sostienen los techos de teja que dan a la calle Benito Juárez. Sin embargo, es tan grande que requiere de muchos recursos para su manutención y conservación.

Este inmueble es simbólico porque data de la primera mitad del siglo XIX y aún conserva características arquitectónicas muy al estilo de la Colonia como su gran portón de madera, la teja roja del techo, las enormes ventanas de madera con reja, al interior hay una fuente en el centro del jardín, el cual pocas personas conocen.

Junto a la puerta que da a la calle, en la parte superior izquierda, yace una placa que reconoce su valor histórico y fue colocada el pasado 18 de octubre con motivo del 151 aniversario de la fundación del municipio.


De acuerdo con la cronista municipal, Norma García Martínez, este inmueble ha sido punto de reunión para muchos xonacatlenses y para rescatar su valor histórico se creó el Corredor Cultural “Celso Vicencio Hernández”, espacio que alberga no solo artesanías sino a artistas y productores locales.

“Ahí se estaban reuniendo las denominadas ‘nenis’ para realiza las entregas sus productos a sus clientes, lamentablemente por desconocimiento colaboraron en la vulneración del inmueble. Se les pidió que no se colocarán en los pilares y toda la estructura que hay fuera, pero no hicieron caso, por ello, decidimos crear ese espacio para los artesanos, artistas, productores y representantes gastronómicos”, detalla la pasante de la licenciatura en Historia y egresada de la UAEMex.

Ellos, añadió, están conscientes dónde están, el cuidado que deben tener para no colocarse de los barandales, y colaboran con jornadas de limpieza. “Ya se colocaban, lo platicamos con los dueños y se generó este proyecto que pretende ser permanente y que permita seguir conservando el espacio”.

Lamentablemente, dijo, en el caso de los comerciantes que se ubican en el tianguis de los miércoles, así como los fines de semana, los esfuerzos han sido en vano porque no respetan la estructura ni el espacio de la propiedad.

Edificios con historia

Además de ser conocida como la capital del peluche, Xonacatlán contaba con al menos 19 monumentos históricos inmuebles que forman parte del Inventario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); sin embargo, seis ya desaparecieron y el resto han sido intervenidos o vulnerados, lo cual no necesariamente los hace perder su valor o catalogación.

“Todos han sido tocados por distintas cuestiones, los que desaparecieron son monumentos funerarios y que fueron retirados por inhumación”.


Entre los que se mantienen en pie están la casona de la familia Vicencio; la portada principal y la parroquia de San Francisco de Asís en la cabecera municipal que data del siglo XVII; el puente del paraje “La Manga”; el panteón viejo, donde había monumentos funerarios, pero el año pasado fueron removidos por la crisis de covid-19 y la necesidad de espacios.

Y otros ubicados en la delegación Zolotepec, como la entrada y la iglesia principal, la cual ya fue vulnerada en su techo de teja, vitrales y cúpula; así como en la delegación Mimiapan, donde una capilla ya desapareció.

Buscan rehabilitación

El paso del tiempo, el clima, el abandono, la falta de interés y conciencia o bien la falta de recursos, en muchos casos, ha causado estragos en algunos. Por ello, algunos habitantes han emprendido acciones para cuidarlos y mantenerlos en pie.

“La catalogación ya está, solo falta que la tomemos en cuenta y los inmuebles dejen de pasar desapercibidos, como si no existieran”.

Señaló que para su mantenimiento y rehabilitación son necesarios recursos que la Dirección de Monumentos Históricos del INAH no tiene. Los interesados deben generar un proyecto ejecutivo y concursar ante el Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal (Foremoba) para conseguir una bolsa económica. “Sería espera a ser beneficiarios de una partida presupuestal bipartita o tripartita”.


Desde 2020 se ha buscado generar un programa integral de rehabilitación de los monumentos que en estos momentos están en mejores condiciones o tienen mayor viabilidad. “Además de estos 19, lo ideal sería identificar las casas que están en el inventario del INAH, ver en qué condiciones están y si es posible generar un proyecto para cada una”.

Lamentablemente, dijo, cuando inició la pandemia todo se vino abajo y el proyecto se frenó, pues ya no pudieron realizar los recorridos ni asistir a los domicilios o algunos de los propietarios fallecieron.

Pese a todo se ha mantenido y el objetivo ha sido que las autoridades municipales reconozcan la denominación de los monumentos históricos y los propietario estén conscientes del valor y el cuidado que deben tener, lo cual ha sido muy complicado, dijo.

Luis Miguel Cárdenas Betancourt, hijo de Rafaela Betancourt, es uno de los principales interesados en mantener la estructura de la casa Vicencio, cuyo registro ante el INAH es 1511510001. Aunque ha habido varios proyectos para convertirla en museo o galería, para la familia no es viable porque prefieren conservarla tal y como está. “A la fecha en la esquina de la calle Constitución hay dos locales comerciales, que en su momento pertenecían a la casa, que se extiende hasta Vicente Guerrero. Aunque se vendieron algunas partes el portal principal sigue siendo de Rafaela Betancourt”.

Un poco de historia

El pasado 18 de octubre la capital Xonacatlán celebró el 151 aniversario de su erección como municipio, cuyo nombre proviene del náhuatl, xonacatl: “cebolla”; tlan: “entre”, que significa “Entre las Cebollas”.

En 1869 Celso Vicencio promovió ante el Congreso la iniciativa para la creación de la municipalidad, la cual fue aprobada el 18 de octubre de 1870 con base en el decreto No. 38 e integró a los pueblos de Santa María de la Asunción Zolotepec y San Miguel Mimiapan, separándolos de la municipalidad de Otzolotepec.

El 1 de enero de 1871 toma posesión el primer ayuntamiento presidido por Julián Copado. En esa época la población se desempeñaba principalmente en la agricultura, realizando sus actividades en las haciendas cercanas tales como: “El Mayorazgo”, “Santa Catarina”, “San Nicolás Peralta” y en los ranchos “Dolores”, “La Fe” y “La Manga”.

Tras su muerte, el 19 de febrero de 1908, Celso Vicencio dejó estipulado en su testamento la donación del terreno que actualmente ocupa el panteón de la cabecera municipal. En ese mismo año el cabildo acordó que el municipio llevaría el nombre “Xonacatlán de Vicencio”.

MMCF

  • Alondra Ávila
  • alondra.avila@milenio.com
  • Comunicologa por el CUSXXI y con 16 años de experiencia en medios de comunicación. Desde 2012 colabora en Milenio Estado de México en la sección de Negocios. Ganadora del 9o Premio al Periodismo sobre Innovación Científica y Tecnológica en 2018.

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