Xtabay es el nombre de una mujer de la mitología maya que el teatro gótico mexicano enriqueció con algunos rasgos fantasmales ideados por Edgar Allan Poe y otros rescatados de la imaginación científica de Carl Jung para revelar a la otra persona que somos: no la que se mira al espejo cada mañana, sino aquella que nos acompaña todo el tiempo sin siquiera notarlo.
El tema del yo y su doble ha sido explorado en la literatura por Dostoievski (El doble), Stevenson (El extraño caso del Dr Jekyll y el señor Hyde), Hoffmann (Los elíxires del diablo), Wilde (El retrato de Dorian Grey), Saramago (El hombre duplicado) y Fuentes (Aura). En estos días corresponde hacerlo al teatro con la reanudación de temporada de Xtabay, la sombra, un espectáculo de Luz Angélica Uribe, Elena de Haro y Eduardo Ruiz Saviñón.
En el plano de la realidad visible, la obra aborda la historia de una virgen recluida y luego expulsada de un convento por infringir las reglas, pero en el plano simbólico hay una mujer acosada por su doble y la muerte se antoja como única salida.
“Es una pieza teatral que explora el corazón de las tinieblas que nos tortura, pero también nos complementa”, señaló el director Eduardo Ruiz Saviñón.
La de mañana será una función benéfica, debido a que los fondos recaudados serán donados a la actriz y luchadora social Bárbara Guillén, quien enfrenta un cáncer en fase cuatro y está internada en el Instituto Nacional de Cancerología.
La actriz Francesca Guillén, hija de Bárbara, aseguró que su madre “sigue abrazada a la vida en defensa de todo lo que ésta significa, junto a muchos aliados en esta batalla que demanda inmensidad y templanza”.
La obra se presenta en la Sala Julián Carrillo, de Radio UNAM. Funciones 7, 14 y 29 de noviembre y 5 de diciembre, 20 horas.
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PROVOCADORA NATURAL DE LA ACCIÓN
Francesca Guillén refiere que “Bárbara Guillén siempre ha sido una apasionada creadora, directora escénica, emperatriz de Coyoacán, magistral contadora de mitos y leyendas, enlazadora de mundos, cocinera, pitonisa, constructora, descubridora, sanadora, rebelde, contestataria audaz, provocadora natural de la acción e incitadora implacable”.
La actriz agradeció su solidaridad a los creadores de la obra, al director y a todas las personas que en los meses recientes han acompañado de “infinitas maneras” la “hazaña” de su madre.