Cantona, ciudad de esplendor de Mesoamérica en Puebla

EDICIÓN FIN DE SEMANA

Ponciano de Cristóbal apuntó que la antigua ciudad se destacó por su arquitectura asimétrica que fue resultado de la desigualdad del terreno.

Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato
Rafael González
Puebla /

A 92 kilómetros al noreste de la ciudad de Puebla, se localiza la zona arqueológica de Cantona, considerada una ciudad fortificada, un importante centro comercial y el asentamiento con mayor urbanismo de Mesoamérica. También destaca porque posee el juego de pelota más pequeño de la citada región.

Albergó de 80 mil a 100 mil habitantes y se distinguió de otros centros urbanos de la época por su compleja y eficiente red de vías de circulación, resaltó Ponciano de Cristóbal Juárez, custodio del sitio arqueológico.

“Se calcula que hubo alrededor de cuatro mil calles para comunicar a la población entre sí, además de caminos que conducían a campos de cultivo, canteras, yacimientos y hacia otras poblaciones”, explicó.
Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato

Apuntó que la antigua ciudad se destacó por su arquitectura asimétrica que fue resultado de la desigualdad del terreno. Otro rasgo característico de su arquitectura fue la falta de cementante para unir las construcciones.

Tampoco se empleó estuco o lodo en las superficies externas y las fachadas fueron decoradas sólo haciendo uso del color y textura natural de las piedras.

Estimó que la ciudad cubrió aproximadamente 14 kilómetros cuadrados, “unas mil 450 hectáreas, de las cuales casi el dos por ciento es lo que está actualmente restaurado. Hasta el momento se han encontrado alrededor de 7 mil 500 patios habitacionales (…) y doce pirámides, pero seguramente hay más”.

Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato

Dio a conocer que fue una ciudad prominente ya que controlaba la ruta comercial entre la costa del Golfo y las tierras altas centrales. Además, sus habitantes se convirtieron en importantes productores de artefactos hechos de obsidiana.

Por ello, dijo que se estima que hubo más de 300 talleres donde los artesanos trabajaban este material, extraído en gran parte del volcán Citlaltépetl: “Incluso se han encontrado artículos fabricados en Cantona en algunos sitios del sureste del país y hasta Guatemala, reflejo del intercambio comercial”.

Expuso que la región tiene una fuerte presencia volcánica, ya que cerca se encuentran el volcán Pizarro y el Cofre de Perote, así como las lagunas de Alchichica y Quechulac, formadas por calderas volcánicas.

“Su apogeo fue del año 600 al mil después de Cristo y fue una de las ciudades más importantes hablando de las ciudades prehispánicas, pero hay datos de que hubo gente viviendo en el sitio en el 900 antes de Cristo, eran pequeños asentamientos que con el paso del tiempo fueron formando la ciudad”, apuntó el custodio del sitio arqueológico.

Refirió que entre los años 600 al 700 dC se empezó a fundar como una ciudad y entre el 700 al 900 dC, “estaba totalmente en su apogeo cultural y del 900 al mil empezó a caer y es posible que en el mil 50 este lugar estuviera totalmente abandonado”.

Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato

Señaló que la caída del centro urbano se pudo deber a varios factores, “pero el más certero puede ser la falta de agua. Se vinieron a asentar en un lugar semidesértico y posiblemente en esa época no había el agua suficiente para que sobreviviera toda la gente”.

Mencionó que por esta misma razón en las construcciones omitieron emplear cementante pues prefirieron ocupar el vital líquido para ellos y no para fabricar algún tipo de material que uniera las piedras.

“Todas están sobrepuestas nada más. Por esa misma razón han mantenido una conservación muy buena en comparación con otros sitios donde emplearon estuco o mezcla, donde al llover el agua se va metiendo a los muros totalmente hasta que se saturan y truenan, lo que provoca deslaves o derrumbes de basamentos y aquí no, porque todo se filtra”.

El juego de pelota más pequeño

De Cristóbal Juárez reveló que el sitio tiene hasta el momento 27 juegos de pelota, “pero es posible que haya más de 50 (…) hay cinco o seis (abiertos) al público, pero falta mucho por descubrir y restaurar. Incluso es posible que encontremos uno más grande del que tenemos de 50 metros por 25 metros”.

Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato

En ese sentido, presumió que en Cantona se localiza el juego de pelota más pequeño de toda Mesoamérica. “Es un mini juego de pelota (…) mide aproximadamente cinco metros de largo y dos de ancho”.

Asimismo, el sitio contaba con un alto número de patios ceremoniales, lo cual es clara muestra de la importancia que se le daba a los ritos religiosos.

“No podemos calcular cuántos porque todavía falta mucho por descubrir (…) en algún juego de pelota había hasta dos plazas ceremoniales, un altar y la pirámide del conjunto, donde se realizaban las ceremonias y donde estaba, posiblemente, alguna deidad o dios que ellos veneraban y le ofrecían la cabeza de algún jugador”.

Recomendó visitar la Plaza del Este o la Pirámide del Mirador, donde se puede apreciar una vista panorámica del sitio arqueológico. Añadió que otras estructuras importantes son el complejo del Juego de Pelota Siete y el complejo del Juego de Pelota Cinco.

Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato

También recomendó visitar la plaza central y la pirámide de la fertilidad de la Tierra, la cual tiene 52 escalones: “Se le dio este nombre porque en el séptimo escalón se encontraron nueve esculturas fálicas, un falo está representando lo que es la fertilidad”. Dicho hallazgo es muestra de un ceremonial para el renacimiento y la reproducción agrícola. Otras esculturas fálicas se han localizado también en otras partes del asentamiento.


Estatus social y representación

El custodio del sitio expresó que aquí se dio una mezcla de culturas sin que ninguna predominara, lo cual se manifiesta en la variedad de estilos arquitectónicos tan diferentes lo que sugiere que Cantona era lugar de residencia de varias etnias.

“Los mismos arqueólogos por ello les han dado el nombre de cantoneses (…) divididos en tres clases sociales, baja, media y alta, esta última conformada por comerciantes y militares que ocupaban los sitios privilegiados de la ciudad, en las zonas altas para estar mejor protegidos”.

Precisó que la organización social en la ciudad era piramidal y que en la parte más baja vivían las personas con menos nivel social. En cada patio habitacional vivían de dos a tres familias y un promedio de 15 a 20 personas. Incluso, en algunos se han encontrado resto de temazcales, “donde la gente se bañaban y purificaban. Para las habitaciones hicieron basamentos donde se colocaron chozas, que eran de material natural, básicamente palma y madera”.

Anotó que las unidades residenciales estaban rodeadas de muros periféricos y con el fin de volverlo más impenetrables, sus constructores cavaron una zanja en la base de la ladera y redujeron el acceso al lugar mediante una serie de callejones tan estrechos, que los atacantes sólo podían entrar en fila india.

Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato

Cantona fue descubierto formalmente en 1855 por Henri de Saussure e investigado por Diana López de Molina en la década de los 80 del siglo XX; el sitio arqueológico fue objeto de intensas excavaciones y obras de restauración a partir de la década de los 90 del siglo pasado por parte de Ángel García Cook y Leonor Merino Carrión.

“Se abrió al público el 13 de octubre de 1994, que vino el presidente Carlos Salinas de Gortari a inaugurar este lugar (…) se dice que el arqueólogo extranjero vino a descubrir este lugar pero en realidad ya estaba descubierto, lo que hizo esta persona fue darlo a conocer en la Ciudad de México”, opinó.

En la entrada de la zona arqueológica opera el Museo de Sitio de Cantona donde se muestran muchas de las piezas encontradas en una de las metrópolis más extensas de Mesoamérica. En su exhibición se pueden ver restos óseos de animales de la región, diversas piezas que se utilizaban en la vida cotidiana, instrumentos musicales, ornamentos de piedra verde y concha; así como restos óseos humanos.

Zona Arqueológica de Cantona | Andrés Lobato

Este sitio, que se ubica al noreste de la ciudad de Puebla, entre los municipios de Tepeyahualco y Cuyoaco, atiende a sus visitantes los 365 días del año. Un promedio de hasta 3 mil visitantes al mes reciben, siendo Semana Santa y fin de año cuando más turistas arriban.

Ponciano de Cristóbal lamentó que la mayoría de los visitantes le informan que conocieron del sitio por recomendación de algún conocido o familiar: “Difusión en sí, este lugar no tiene. Abrimos de las nueve de la mañana a las seis de la tarde”, concluyó.


CHM

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