Valiente y obstinado, son las dos palabras que pueden definir a la perfección a Michael ‘Eddie’ Edwards, un saltador de esquí que logró hacer historia al superar diversos obstáculos para competir en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary de 1988.
Con una infancia dura, donde estuvo constantemente en tratamiento médico por un mal en las rodillas, Edwards siempre tuvo el sueño de competir en unos Juegos Olímpicos -primero de verano y luego de invierno- por lo que se esforzó y dio su máximo desde niño para poder representar a Inglaterra en una justa.
Al inicio se inclinó por el esquí alpino pero al ver que había demasiada competencia, Edwards decidió hacer salto de esquí, donde a la larga terminaría por escribir historia con el conjunto inglés, donde incluso rompió récords olímpicos.
Una de las principales dificultades que sufrió The Eagle, cómo fue apodado tras su actuación en los JJOO del 88’, fue su miopía por lo que competía con sus lentes, los cuales se empañaban por la altura y prácticamente saltaba ciego.
Otro de los principales obstáculos que tuvo que enfrentar Edwards fue que nadie quiso financiar su carrera, por lo que tuvo que apoyarse económicamente en su familia, cosa que se ve reflejada en la película de Volando Alto, que actualmente esta disponible en Disney+.
Pese a que todos lo hacían menos, Edward consiguió competir en los Juegos Olímpicos de Calgary en 1988, donde participó en dos eventos: los saltos de 70 y 90 metros, donde anotó 69.2 puntos en la primera y 57.5 en la segunda. En aquella época consolidó el récord de salto de esquí para Gran Bretaña.
Juan Antonio Samaranch, entonces presidente del COI, y los asistentes y espectadores supieron apreciar la buena actitud de Edwards a pesar de las adversidades.
“En estos Juegos algunos atletas han ganado medallas de oro, otros han batido récords y uno incluso ha volado como un águila”, señaló Samaranch en la clausura, donde todos empezaron a vitorear a Edwards.
Gracias a que el COI y diversos atletas consideraron ‘burlesco’ que alguien como Edwards compitiera se creó la “Regla de Eddie el Águila”, lo que obliga a los atletas que participan en competiciones oficiales a nivel internacional, a clasificarse por lo menos una vez dentro del 30 por ciento de los primeros 50 competidores, para evitar que amateurs intenten seguir su ejemplo.
Más allá de lo logrado en Calgary, Edwards no se clasificó para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1992 en Albertville, Francia, y los Juegos de 1994 en Lillehammer, Noruega, por lo que decidió abandonar su carrera deportiva.
EML