Después de su quinto salto, Gabriela Agúndez corrió a abrazar a Iván Bautista, su entrenador. Ambos sabían que por la calificación el tercer lugar se había ido, pero los dos so reían porque el cuarto puesto fue producto de mucho esfuerzo y dedicación. Luego, Melissa Wu, la australiana que se quedó con la medalla de bronce, y su entrenador felicitaron a la mexicana, la abrazaron.
Al salir de la competencia, Gaby fue muy clara sobre lo que significaba su cuarta posición y la de seis más que obtuvo antes la delegación mexicana.
"Detrás de esos cuartos lugares hay mucho trabajo, mucho esfuerzo y también valen. Tienen su mérito y se trabajan hasta el final", dijo de entrada con mucha seriedad.
Enseguida, prosiguió, y enfatizó lo mucho que les había contado trabajar y prepararse para, en su caso, disfrutar y hacer el mejor papel en sus primeros Juegos Olímpicos.
"Un cuarto lugar no es malo, pero no me conformo. En mis siguientes Juegos Olímpicos quiero estar dentro de las medallas. Los mexicanos también tienen talento".
Gaby reconoció que el camino ha sido largo, y que "me voy muy feliz, disfruté mucho mis primeros Juegos Olímpicos, con un bronce en sincronizados y un cuarto lugar en individual. Ya me di cuenta que me gusta el podio olímpico y quiero estar ahí en París 2024".
Para todos los atletas fue muy complicado entrenar al cien por ciento desde el inicio de la pandemia, afortunadamente, lograron hacerlo meses antes de la justa olímpica.
"Ha sido una temporada bastante larga, llenas de varios baches. A nosotros nos dio covid e ir al CNAR a entrenar nos ayudó mucho".
Antes de terminar de hablar ante los medios de comunicación, detrás de Gaby pasó Quan Hongchan, la clavadista china de 14 años que ganó el oro y que estremeció en dos rondas con una calificación de 10.
"Esas calificaciones me motivan, no me presionan. Si ellas pueden hacer 10 perfectos, nosotros por qué no. Se le admira mucho, sus ejecuciones, pero uno quiere estar ahí, compitiendo contra ella".