Los Juegos Olímpicos de Tokio han sido uno de los más criticados en la historia debido a la insistencia de llevarlos a cabo en tiempo de pandemia, y al rechazo del pueblo de Japón por ello. Por eso, la ceremonia buscó recordarle al mundo como el covid-19 separó a las personas, pero las volvió a unir, ahora, mucho más fuerte que antes.
La ceremonia comenzó con performance, “separados, pero no solos”, en el que se le rindió homenaje a todos los atletas que se prepararon en un espacio de su casa durante la pandemia, con la incertidumbre de si se celebrarían estos juegos o no.
Un espectáculo de luces y sonido, que por momentos hacía olvidar la ausencia del público en la tribuna debido a la pandemia. Las proyecciones de gráficos multimedia fueron impresionantes, que representaban las nuevas formas de comunicación que han surgido con los avances tecnológicos.
Eso sí, en los momentos de silencio, al interior del inmueble se escuchaban débilmente las protestas de decenas de ciudadanos japoneses, piden se cancelen los Juegos Olímpicos para no arriesgarse debido al alto número de contagios.
La primera imagen, fue una persona vestida de blanco en el centro, que de inmediato corrió perdiéndose en la obscuridad. Enseguida, en el estadio se sentían las vibraciones de la fuerza del sonido del video que se transmitía en las pantallas, en el que se transmitió el momento en que Tokio sería la sede, entrenamiento de atletas, la cuenta regresiva, juegos artificiales, y de nuevo, en la pista aparecieron personas vestidas de blanco, un par corriendo en una caminadora, otras en una bicicleta fija, alrededor otros más estaban entrenando. Al final, solo quedó uno en la caminadora, se sentó y esperó. En ese instante, la imagen fue de varias personas entre lazos. En ese instante, en las cuentas oficiales de Tokio 2020 apareció la leyenda "todos estamos conectados". Después de un instante, el chico se paró y de nueva cuenta volvió a correr. Aparecieron también, los juegos artificiales.
El himno de Japón sonó en el estadio, lo entonó la artista Misia, y que por cierto proviene de un poema waka. Mientras se entonaba, la bandera apareció entre aplausos de los pocos asistentes, aproximadamente 950, según la cifra que se daba previamente.
A destacar, sin duda, mención en las pantallas del estadio al equipo israelí asesinado en Múnich 1972, como parte de un recuerdo de todos aquellos que han perdido la vida en los Juegos Olímpicos. Y claro, se guardó un minuto de silencio en memoria de todos aquellos que han fallecido debido a la pandemia.
Llegó el momento de ver los aros olímpicos construidos con la madera de los árboles que fueron plantados por los atletas hace 57 años, cuando se realizaron por primera vez unos Juegos Olímpicos en Tokio (1964).
Entonces, empezó el tradicional desfile de las 205 delegaciones, con Grecia al frente, y luego, el orden en el que salían los representantes de cada país fue con el alfabético japonés. El centro del Estadio Olímpico de Tokio se convirtió en una fiesta con todos los atletas.
Entre las personalidades presentes estuvieron el emperador de Japón Naruhito, así como el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.
Finalmente, la tenista japonesa, Naomi Osaka fue la encargada de encender el pebetero en el Nuevo Estadio Nacional, dando por inaugurados de manera oficial los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
FCM