Desde bofetadas hasta cambios de looks; las cábalas más extrañas en los Juegos Olímpicos

Tokio 2020

Aunque algunas de ellas causan polémica, los atletas suelen sentirse con 'mejor suerte' para sus competencias

Martyna Trajdos, judoca alemana en los Juegos Olímpicos (AP)
Agencia AFP
Tokio, Japón /

Las bofetadas a la judoca alemana Martyna Trajdos de su entrenador se viralizaron en redes y generaron polémica, pero se trataba de un acto motivacional o cábala que tienen los atletas antes de salir a la arena en busca de una ayuda divina que les quite presión.

Claudiu Pusa la agarró con fuerza del judogi y después le dio dos cachetazos, uno con cada mano, en el rostro. Como imagen resultó chocante, pero se trató de un ritual que eligió ella misma, explicó la judoca de la prueba -63kg.


A veces, esos rituales o actos supersticiosos son llamativos y sorprenden, como ocurría en Río 2016 cuando el nadador canadiense Santo Condorelli, también presente en Japón pero defendiendo los colores de Italia ahora, le hacía el grosero gesto del dedo mayor a su padre, instantes antes de saltar a la piscina.

En Tokio, la venezolana Yulimar Rojas, oro en Río 2016 y gran favorita a retener la corona en triple salto, cuenta que su cábala es “cambiar de look” para los eventos y en tierra japonesa su opción ha sido teñirse el pelo de rosa.

Algo parecido, y con tintes de coquetería, le sucede a la velocista británica Dina Asher-Smith, quien contó a la prensa inglesa que se pasaba casi una hora maquillándose, peinando y atando su cabello en el vestuario, para tener la sensación de estar lista para la carrera.

Algunos atletas lo practican instantes antes de lanzarse a la prueba, mientras que otros lo hacen a puertas cerradas, buscando concentración.

De hecho, en las entrañas del vestuario Asher-Smith se puede cruzar al sueco Armand Duplantis, plusmarquista mundial, quien apela a la música para encerrarse en su mundo, encontrar motivación y concentración.

Con el pie derecho

En el futbol es común ver a los jugadores ingresar con el pie derecho al campo de juego, para atraer la fortuna, mientras que otros le suman el gesto de santiguarse.

Estrella de la NBA y presente en Tokio, Facundo Campazzo se anota entre los supersticiosos.

Yo tengo una cábala que se la robé a Leo Gutiérrez -ex jugador de la selección argentina de basquetbol-, que se levantaba la camiseta por arriba de la cabeza y después se la daba al utilero. Hago eso y pienso cosas positivas antes de los partidos”, revelaba en una entrevista por redes el base albiceleste.

Otros, van por la negativa, es decir, evitar la "mala suerte", como el golfista mexicano Carlos Ortiz, quien se niega a golpear pelotas marcadas con el número dos para no tener desgracia, desveló la prensa de su país.

"La cábala a nivel psíquico tiene la ventaja de que se usa como un recurso más para motivarse. Desde ese punto de vista es inofensiva. La desventaja es si el deportista piensa que sin ella sería imposible lograr el resultado. Entonces, dejaría de ser un recurso para transformarse en una triste obsesión", reflexiona Goñi.


​FCM

LAS MÁS VISTAS