Luego de tirar su último clavado en Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y decirle adiós a su carrera como deportista, el multicampeón panamericano, multimedallista centroamericano, campeón del mundo y cuatros veces olímpico, Rommel Pacheco, arribó al aeropuerto de la Ciudad de México, en compañía de su entrenadora Ma Jin, quien lo cuidó como si fuera su hijo.
Al atravesar las puertas, se causó un alboroto, y entre empujones y gritos de los policías que solicitaban despejar el área. Rommel se despide “contento, feliz y satisfecho. En todos los entrenamientos y competencias lo di todo, corazón y pasión, no quedó nada de mí, feliz con todos los logros que tuve. Obviamente me hubiera gustado decir adiós con una medalla, pero no se pudo”.
Asimismo, el oriundo de Mérida, Yucatán recordó su último chapuzón en el complejo acuático de Japón: "Fue un cúmulo de emociones, Ma Jin y yo nos abrazamos, nos despedimos de los clavados a punta de lágrimas, fueron cinco años esperando esta competencia, esperando dar un buen resultado, dándolo todo y estoy infinitamente agradecido con todo México por haberme acompañado durante tantos años".
"Ma Jin ha sido mi segunda mamá, una gran guía, un gran respaldo, una entrenadora, una sicóloga, un hombro donde llorar y le agradezco infinitamente estos 18 años que ha estado a mi lado”.
Para concluir, Pacheco le entregó la 'estafeta' a Osmar Olvera, a quien confía le irá muy bien en las próximas competencias.
"Les deseo el mejor de los éxitos. A Osmar le doy la batuta, la estafeta, él entra, yo me voy y lo hará muy bien, tiene una gran calidad, es un deportistas comprometido", concluyó.
FCM