En 2020 la ejecución del luchador Navid Afkari por parte del gobierno autoritario de Irán dejó impactado a parte del mundo del deporte. Su familia, amigos y comunidad siempre alegaron que fue encarcelado por un crimen que no cometió en medio de una confesión forzada y falta de pruebas. A meses de su fallecimiento en septiembre su nombre aún resuena, la lucha no ha terminado en Irán, donde hay acusaciones de tortura y amenazas a otros atletas en peligro de ser ejecutados.
De entrada la lucha es uno de los deportes más antiguos y también más exitosos y practicados en cada ciudad de Irán, Afkari era un gran talento y querido, y su ejemplo fue utilizado para la campaña “Unidos por Navid” para protestar contra el gobierno que busca acallar a activistas y opositores, sean deportistas o no. La mayoría de los que han decidido hablar sobre el tema, o buscan usar sus redes y plataforma para generar conciencia global de lo que les pasa, vive fuera de su país.
Las atletas mujeres quizá lo tienen peor, desde la Revolución Islámica de 1979, Irán no manda mujeres en disciplinas como natación, gimnasia y lucha porque no pueden usar el hijab obligatorio. United for Navid, la nueva organización formada por cuatro atletas que en un inicio se unieron para tratar de salvar a Afkari, ahora presionan a Thomas Bach y al COI para que tomen acciones contra el Comité Nacional. Letras constantes cada mes, en la última informaron de por lo menos 20 casos de atletas que se ven afectados por la política que interfiere en sus carreras.
GFR.