Hay que tener valor para lanzarse desde una altura de 10 metros, sobre todo si apenas se cuenta con 15 años. A esa edad, Alejandra Orozco grabó su nombre con letras plateadas en la historia del deporte mexicano. Su carrera empezó donde muchas terminan: en el podio olímpico, con una presea y los brazos levantados. Nueve años después, está lista para afrontar sus terceros Juegos Olímpicos.
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“Mi historia empezó ahí, pero empezó al revés, empecé con ese gran logro, esa medalla que fue un sueño, como un cuento, que nunca me hubiera imaginado que tan chica llegaría a ese objetivo, esa meta que a veces es la meta final de muchos atletas”, contó sincera la tapatía. De la mano de otra histórica como Paola Espinosa, Alejandra se consolidó como una gran promesa del deporte nacional.
Orozco tendrá un rol distinto en Tokio. Dos ciclos olímpicos después, ha dejado de ser la menor de la delegación y pasó a convertirse en una de las figuras de experiencia. Esta vez no tendrá a Paola Espinosa a su lado, ahora compartirá competencia con Gabriela Agúndez, sin embargo, la figura de su ex compañera la acompañará de alguna manera.
“Paola me guió mucho en este camino para los primeros Juegos y todo el tiempo que estuvimos en esa plataforma juntas. Me dio muchas herramientas que podía utilizar. Ahora con Gaby las trato de usar en ocasiones pero ha sido muy distinto con ella”, dijo Alejandra de manera positiva. A sus 24 años estará con alguien aún más joven, pero no cree en un cambio de estafeta.
“Siento que no es un cambio, cada quien tiene su historia, su momento, su manera de inspiración. Yo me inspiré en muchas ocasiones en Paola y sé que a lo mejor en algún futuro alguna niña se va a inspirar en mi historia”, agregó la clavadista, quien espera ansiosa poder competir en unos Juegos Olímpicos cinco años después.
La tapatía recordó lo complicado que fue madurar como deportista de alto rendimiento bajo un contexto de cambios. La adolescencia le trajo cambios físicos y mentales que la llevaron a tener que adaptarse y aceptar que sería una persona distinta, incluso a aquella misma chica que levantó la medalla de plata en Londres 2012.
“Así como todo mundo se quedó con la niña que ganó en Londres, yo también quería ser esa niña porque para mí fue un momento ‘wow’, y yo ya no podía parar el tiempo”, explicó una deportista que compitió primero en unos Juegos Olímpicos absolutos antes de hacerlo en la modalidad juvenil.
Ahora Alejandra comandará una delegación jalisciense que hará historia en Tokio como la más grande en su historia, y lo hará orgullosa de pertenecer a una gestión que año con año entrega resultados: “Que estén pensando en Juegos Olímpicos y que como jaliscienses y como sistema estemos cumpliendo con ese objetivo, a mí me da gusto pertenecer y saber que estoy en ese equipo de sistema de personas, de atletas, de equipo multidisciplinario, que trabajan por el objetivo y lo logran”.
Alejandra Orozco está a las puertas de otra oportunidad histórica. Consciente de la magnitud de atleta que puede ser al final de su carrera, más allá del número de medallas, tiene claros sus objetivos: “Crecer, dejar una huella grande para mi deporte, para el deporte mexicano, para el deporte con las mujeres. Si ya pude en su momento hacer historia, ¿por qué no sumarle a esa misma historia o hacer ese camino para facilitar a nuevas generaciones?”, finalizó.
SRN