El sábado 10 de agosto siempre será un día inolvidable para el brasileño Altobeli Santos da Silva.
El corredor de larga distancia de 28 años celebró su primera victoria internacional al obtener la medalla de oro en la final de 3 mil metros con obstáculos masculino en los Juegos Panamericanos Lima 2019.
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Fue uno de los días más memorables de su vida, así como el final de un camino largo y doloroso para Santos da Silva, quien posee una historia de lucha contra la pobreza, el hambre y la inseguridad. El brasileño encontró una salida en el atletismo y las nuevas oportunidades que se presentaron.
Una historia motivadora
“Esta es la historia de un joven que fue huérfano”, contó. "Vivía en las calles y a veces dormía en los carros. Pasé hambre, tuve muchas dificultades, pero pude sobreponerme. Esta medalla significa todo eso”, dijo Santos da Silva.
Santos da Silva, quien obtuvo su primer nombre a partir del futbolista Alessandro Altobelli, integrante de la selección que fue campeón en la Copa Mundial de la FIFA en 1982, pasó su niñez en las afueras de Catanduva, una municipalidad en el estado de Sao Paulo en Brasil.
“Muchos de mis amigos de la infancia me dijeron que estaba loco por entrenar y correr”, dijo.
No obstante, correr se convirtió en un salvavidas, su vía de escape de un destino que parecía encontrar su final en las calles.
En sus primeros años como atleta, el futuro campeón panamericano, trabajó entregando volantes para un supermercado y necesitaba de una motocicleta para este oficio.
Decidió participar en una carrera de 10K que justo ofrecía una motocicleta como primer premio. No ganó, pero fue ahí donde conoció a su entrenador Guilherme Salgado y ese día, el camino hacia Lima 2019 comenzó.
Lima es sólo el inicio
Mientras que el oro en los 3 mil metros con obstáculos fue el momento cumbre de una competencia, otra que también lo vio ganar la plata fue en los 5 mil metros, Santos da Silva insiste en que Lima 2019 es sólo el comienzo.
“Me he preparado para este momento”, dijo. “Lo tomo como una oportunidad para competir en Europa y los Estados Unidos, donde hay más competencias.
“Quiero mejorar mis entrenamientos, obtener más oportunidades, y así poder ir a los Juegos Olímpicos en Tokio en 2020”.
Santos da Silva ya ha escrito una historia conmovedora de triunfo contra todo pronóstico. ¿Podrá haber un final feliz en Japón el próximo año?
ZZM