Con la mira fija en unos Juegos Olímpicos, el esgrimista poblano de 25 años, especialista en sable, Gibrán Zea Armenta, ha tenido claro desde niño que para alcanzar sus sueños, el trabajo, la disciplina y el sacrificio son fundamentales para el éxito, mismo que a él ha acompañado desde sus primeros pasos en la disciplina.
Aventura que a él no sólo obligó a dejar su casa, su familia y amigos desde temprana edad, sino también su país, emprendiendo un interesante recorrido por tierras germanas e italianas donde lo han recibido con brazos abiertos, pero también lo han forjado para convertirse en el mejor de México y por ello el sueño de París 2024 luce muy cercano.
¿Cómo te inicias en el mundo deportivo?
“Todo empezó a la edad de 7 años, cuando mi hermano por curiosidad intentó el deporte, una amiga le pasó la voz, el contacto, yo como cualquier niño en ese entonces estaba metido de lleno en el futbol, era mi pasión (...) Mi mamá fue la que me dijo que intentara algo nuevo, mi abuela y el entrenador Juan Manuel Gutiérrez León se pusieron de acuerdo para que no nos cobraran y pudiéramos practicar el deporte en la parte de atrás del negocio de mi abuela. Como fueron pasando los años decidí dejar la pelota y pasarme por las armas de la esgrima”.
¿Cuándo te das cuenta que naciste para practicar la esgrima a un alto nivel?
“Pasaron los años, empecé a dar resultados estatales, ya compitiendo a nivel nacional me gustaba esa adrenalina, conocer gente de varios estados, era muy emocionante, con el tiempo llegué a clasificar a las Olimpiadas Nacionales, llegué a dar buenos resultados, en 2012 en Nuevo León o Guadalajara, no recuerdo bien, obtuve mi primera medalla, de ahí me llamaron al Centro Nacional de Alto Rendimiento. A los 14, 15 años tomé la decisión de dejar mi estado, mi familia, mis amigos, todo para alcanzar un sueño que es competir en Juegos Olímpicos”.
¿Fue complicado ese cambio siendo solo un adolescente?
“Es un tema particular, a esa edad no te das cuenta, al inicio te pega mucho la distancia, no ver amigos, familia, la ventaja es que estaba relativamente cerca, pero en el momento te llegas a unir a una familia diferente, en un internado rodeado de atletas, se vuelven tus hermanos en ese momento. Con el tiempo dejas los 14, 15, 17, 20, hasta ahora que tuve que estudiar en línea una carrera, que no asistí a muchas fiestas de la familia, te llega a pegar un poco el no estar con ellos, pero sé que tengo una meta y un camino para cumplirla, así que tengo esta vida y no me arrepiento por nada del mundo”.
Sacrificios que significan recompensas, ¿por qué decides dejar México e irte al extranjero?
“Es un viaje largo, pesado. El deporte de esgrima no es muy popular en México, para nada fuerte a nivel internacional, a nivel nacional logré clasificarme, estar en Selección. Cuando decidí irme para Alemania empezó a dar frutos, los primeros años en el extranjero es complicado adaptarte al estilo de vida, a la esgrima, es muy especial en cada país, con cada entrenador, se necesita su tiempo y paciencia, necesité tiempo para hacerlo en Alemania, hasta mi segundo año pude lograr resultados mayores, llegué a estar en la tabla de 32 en una Copa del Mundo, lamentablemente me lastimé en la temporada que estaba al tope, no pude dar algo mejor, me sentí frustrado y hasta quería dejar el deporte, al final de la campaña decidí irme a Italia donde ahora vivo, fue iniciar de nuevo”.
¿Cuál es la cosecha luego de tu estadía en territorio extranjero?
“Llegué a clasificar a la Selección Nacional, participé en Campeonato Panamericano, Mundial, me llegué a rankear como en el 70 a nivel mundial, ahí es cuando te das cuenta que todo es un proceso y tener paciencia, confianza en el trabajo. Llegué a clasificar para el selectivo a Juegos Olímpicos, al que llevan a uno solo de un país, por arma, fui el único de México. El año del covid-19 fue otro discurso, pero así seguimos progresando siempre”.
¿Cómo te ves en el camino de cara a los Olímpicos de París 2024?
“El objetivo es bastante complicado, pero nada en la vida es imposible, lo veo factible, hay que estar positivos con la cabeza, las Copas del Mundo, los Grand Prix me han ido bien, he progresado bastante, sé que hay mucho por mejorar, las competencias más importantes están al final de la temporada, pero las competencias más importantes en ese camino son el Campeonato Panamericano y Mundial, pues en ellas se suma la mayor cantidad de puntos, serán en junio y julio, conforme avanzo me siento bastante confiado que daré un buen resultado en estas competencias”.
Si bien tu meta es clara, ¿qué has pensado en el futuro a mediano o largo plazo?
“Estudié administración de empresas, graduado y con título, para ser sinceros no es algo que me llegara a apasionar lo que estudié, simplemente es un logro (...) Una de mis metas es llegar a traer mi esgrima y mis conocimientos que he adquirido en Europa, llevarlos a México, ya que a México le hace falta mucho qué aprender en este ámbito”.
¿Cuál es tu mensaje para los jóvenes que poco saben de ti, de la esgrima?
“A todos los niños, a las familias, a los papás de que apoyen los sueños de sus hijos, un deporte no significa que vas a morir de hambre, que persigan y consigan sus sueños, que hagan lo que de verdad les gusta, porque así saldrán bien las cosas, sin importar lo que pase, una caída no significa que te quedarás en el piso, hay que levantarse una y otra vez hasta lograrlo”, concluyó.
CHM