Le voy a Carneros y no me salen ni los huevos estrellados: Joaquín Castillo

Entrevista

Al otrora quarterback y arquitecto en la UNAM le agrada su trabajo de comentarista en tv y hoy tendrá la oportunidad de narrar el Super Bowl; el director deportivo de Condors disfruta a su familia, además de que le entra a la música de todo tipo.

El coach también disfrutó mucho su profesión, pero era “desgastante”. (Especial)
Jorge Almazán
Ciudad de México /

Cuando escuchaba el ¡Goya! de la UNAM, el quarterback Joaquín Castillo (Ciudad de México, 1948) sentía que el campo de juego era suyo, sobre todo porque además de certero pasador, era muy peligroso cuando corría con el ovoide, pues con su jugada pase-carrera (o rolado) descontrolaba a los oponentes y avanzaba más de 15 yardas.

Amante del deporte de las tacleadas desde que veía las fotos de su padre, quien en la década de los 20 también jugó, el coach inició su camino como pasador jugando tochito y llegó a ser el número 20 de Pumas de la UNAM.

Hoy el comentarista de Azteca y director deportivo de Condors, está en Atlanta, Georgia, para transmitir su Super Bowl 45, del que dice, “cada año se encuentra uno con cosas diferentes”.

¿Dónde comenzó a jugar?

En las calles, luego se armó el equipo Yaquis, de la colonia Del Valle, y fui quarterback; fui a juvenil, jugué en intermedia en Arquitectura; gracias al coach Mario Revueltas estuve dos años y luego participé en liga mayor. Tuve la suerte de ser titular desde primer año, fui novato del año en 1964 y estuve en la selección de Pumas en 1966 y 1967.

¿Qué le dio este deporte?

Me abrió las puertas en la Universidad, era un deporte donde el estudiante estaba integrado con el equipo, todo mundo nos conocía. Ya de arquitecto, muchos se acordaban de mí como jugador y eso me ayudó a abrirme puertas. Mucho se lo debo a este deporte.

¿Buscó oportunidad en EU?

En mi último año de liga mayor vinieron entrenadores a ver al equipo y me motivaron para enviar una carta a la Universidad de Nuevo México, después de que ese año le ganamos a Fleishman de ese estado; fue el único partido internacional que gané, pero ya estaba saliendo de la facultad y ya no podía jugar en colegial, me invitaron a entrenar, pero mejor me dediqué a mi profesión.

¿Alguna vez dejó el americano por completo?

No, estuve coachando a quarterbacks en Cóndores a invitación de Manuel Neri, en 1972. Al año siguiente, Hilario Canseco me invitó a Águilas Reales, estuve dos años y ya como arquitecto me daba tiempo para entrenar a niños en Gamos, entre ellos a mi hijo; también tengo dos hijas.

¿Cómo llega a la televisión?

Gracias a Raúl Orvañanos en 1974, en el antiguo Canal 13. En 1969 dejé el americano y practiqué soccer con los hermanos de Raúl y fue cuando buscaban a alguien para trasmitir y analizar los juegos; Raúl le dijo a José Ramón Fernández, hice una prueba y me quedé.

¿Qué le gusta leer?

No tengo mucho tiempo; llegó a mi casa y escuchó música de todo tipo, pero me agradan novelas como El código Da Vinci Ángeles y demonios, de Dan Brown.

¿Qué ve en la televisión?

Noticieros y me meto mucho a NFL Network, porque me ayuda a estudiar para los partidos.

¿Va al cine?

Mi familia es muy cinera, vamos tres o cuatro veces a la semana. En lo particular disfruto mucho las de aventuras y acción. Con mis dos nietos, vemos infantiles y la pasamos muy bien.

¿Le gusta cocinar?

No sé hacer ni huevos estrellados.

¿Practica algún deporte?

Siempre he hecho mucho ejercicio. Ahora solo camino 30 minutos diarios, tengo una rutina de pesas y hago lagartijas.

¿Cuál es su equipo favorito de americano?

Cuando estaba Joe Montana, los 49ers de San Francisco, pero a su retiro yo también lo hice. Ahora no le voy a ninguno, disfruto a todos. Es más fácil hablar en televisión cuando no estás involucrado con alguno.

¿Solo ve americano?

No, también soccer, los juegos de Pumas, la Champions y atletismo, pues cuando era quarterback y no había temporada lo practicaba.

¿Qué hace al acabar la temporada de la NFL?

Estoy muy involucrado en la liga nueva de americano, la profesional, soy director deportivo de Condors y en el año tenemos actividades; además disfruto mis nietos, en Cancún, a mi esposa y a mis hijos.

¿Ya no ejerce la arquitectura?

No, hace cinco años paré, era una profesión padrísima, me dio mucho pero era desgastante.

¿Carneros o Patriotas?

No tengo favorito, pero no soporto a Patriotas, creo que es por Enrique Garay, que es apasionado terrible de ellos y eso me ha creado fobia contra ese equipo. Si hay que irle alguien es a Carneros, será un Super Bowl muy parejo, estará la veteranía de Tom Brady contra la juventud de Jared Goff, un muchacho fabuloso al que no le han dado la publicidad que merece.

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