Tuvieron que pasar 50 años para que los Kansas City Chiefs sostuvieran el trofeo Vince Lombardi entre sus manos, y no parece que exista la intención de esperar tanto tiempo para repetir una victoria en el Super Bowl.
Instantes después de la emocionante victoria 31-20 sobre los San Francisco 49ers en el Hard Rock Stadium de Miami, la mayoría de los jugadores ya hablaban sobre sus aspiraciones para la siguiente temporada.
La temporada pasada, los Jefes se quedaron cerca del título de la Conferencia Americana al caer ante Tom Brady y los New England Patriots, un suceso que esta campaña los motivó a regresar, por lo menos a esa instancia.
Con un paso en playoffs de alarido (tres remontadas de dos dígitos en ronda divisional, campeonato de conferencia y el Supertazón), Kansas City ganó su segundo título desde que Phil Dawson y compañía hicieran lo propio en 1970 frente a los Vikingos de Minnesota (23-7), por lo que en la organización saben que una corona no será suficiente.
“El próximo año estaremos de vuelta”, aseguró Chris Jones, tackle defensivo y uno de los principales líderes del equipo. “Volveremos para repetir (el campeonato)”.
Las razones para confiar en un bicampeonato son válidas. Su plantel destaca por la presencia de Patrick Mahomes, el mariscal de campo que a sus 24 años de edad cobra menos en comparación a otros homólogos: un salario anual de 2.7 millones de dólares, diez veces menos que los 25 millones que Jimmy Garoppolo percibe con San Francisco. Dicho contrato de novato, junto con la opción para una temporada adicional, le permite a la directiva mantener a su quarterback y tener espacio de maniobra para mantener un equipo competitivo que aspire a ser la siguiente dinastía de la NFL.
Es evidente que ese modesto contrato no puede mantenerse siempre, pero aquí es donde se debe tomar en cuenta las necesidades de ambas partes, por lo que una posible extensión de contrato debe manejarse de tal manera que se recompense el talento del jugador sin desproteger otras áreas.
Buena parte de los artífices del éxito del conjunto de Misuri tienen contratos vigentes, como Travis Kelce, ala cerrada y principal válvula de escape para Mahomes, quien está vinculado con KC hasta 2022. Los receptores Tyreek Hill (2023) y Sammy Watkins (2021), peligrosos a profundidad, así como el corredor Damien Williams (2021), el safety Tyrann Mathieu (2022) y el ala defensiva Frank Clark (2024), quienes brillaron ante San Francisco, también están asegurados para más temporadas.
Si bien los Chiefs tienen a 24 agentes libres sin restricciones, muchos de ellos son jugadores que pueden ser prescindibles, como los mariscales veteranos Matt Moore y Chad Henne, además de dos ex estrellas como el apoyador Terrell Suggs y el corredor LeSean McCoy, quienes pese a que comenzaron la campaña con presencia, poco a poco redujeron su impacto a partir de la segunda mitad del certamen. Las decisiones pueden ser más fáciles si se toma en cuenta que 12 de ellos tuvieron un inicio o menos en 2019.
Pero también hay jugadores que fueron fundamentales para el éxito en Miami y necesitan negociar su contrato, sin la seguridad de que permanecerán. Bashaud Breeland (quien interceptó un balón suelto en el Super Tazón), Chris Jones (uno de los líderes a la defensiva y de los mejores linieros en la liga), Demarcus Robinson (otro objetivo confiable de Mahomes) y Kendall Fuller (autor de la intercepción decisiva a los 49's) encabezan la lista de jugadores que la directiva buscará amarrar para comenzar una era en la NFL y no sufrir otra sequía prolongada.
SFRM