Aprovechando el momento generado por los movimientos que exigen el respeto a la igualdad racial, la petición de cambiar el sobrenombre de los Pieles Rojas de Washington se ha fortalecido.
Luego que el miércoles, 87 cartas provenientes de firmas de inversión y accionistas con carteras de más de 620 mil millones de dólares pidieran a FedEx, Nike y PepsiCo, patrocinadores de la franquicia, que cortaran sus lazos con ella si el equipo no cambia su sobrenombre, este jueves FedEx fue todavía más allá.
La compañía multinacional que se dedica a las entregas tiene los derechos para aparecer como parte del nombre del estadio en el que juegan los Redskins, y envió una solicitud oficial al equipo para que cambie su sobrenombre.
“Hemos comunicado al equipo en Washington nuestra solicitud para que cambien el nombre del equipo", dijo el comunicado de FedEx.
En 1998, la empresa pagó 205 millones de dólares para tener los derechos de nombre, y el acuerdo estará vigente hasta 2025. Además, Frederick Smith, presidente de FedEx, es propietario minoritario del equipo. Los líderes nativos americanos han solicitado el cambio de sobrenombre que el equipo ha usado desde 1933.
La decisión está en manos de Dan Snyder, el propietario del equipo, quien además tiene la presión política de Eleanor Holmes Norton, delegada no votante del Distrito de Columbia ante la Cámara de Representantes, que ha dicho que, si el equipo no cambia su sobrenombre, deberá salir del distrito.
El 24 de junio, Snyder accedió a remover la estatua de George Preston Marshall, fundador de la organización, por haber sido un firme opositor de la desegregación, pero ahora tendrá que tomar otra decisión importante y ésta bien podría ser la última en la historia de los Washington Redskins que conocemos.