Jaiba Brava y sus 25 años de mala suerte

Desde su última incursión en 1994, ha pasado por 12 distintas directivas pero sin lograr el ansiado objetivo.

La Jaiba en su primer juego en primera división en 1994.
Tampico /

En el último cuarto de siglo, la Jaiba Brava del Tampico-Madero aguarda en su historia momentos de contrastes donde el común denominador es el fracaso por regresar a la Primera División, como una variedad de directivos que llegaron y se fueron, todos sin conseguir el objetivo.

Tras aquel 1994 donde el esfuerzo de Antonio Peláez Pier dio frutos para que la escuadra celeste regresará al máximo circuito, 25 años después y al navegar entre dos divisiones, pasó por las manos de 12 presidentes o propietarios. En este tiempo, sus únicos logros fueron en categorías inferiores, al obtener dos títulos de Liga y un ascenso.

La Jaiba Brava del 2002, en Primera A

Luego que Pozo Pier se llevara aquella escuadra a Querétaro, lugar donde perdió la categoría, otro inversionista local, Javier Díaz Covarrubias, emprendió la aventura de regresar al conjunto porteño al plano nacional en 1995 desde la Primera A, Más tarde, cedió la estafeta (hasta 1998) a la familia Abed, originaria de Puebla y propietarios de los Hoteles Aristos.

Para la segunda parte de 1999, Iván Hernández Zúñiga pone en marcha el proyecto llamado Águilas de Tamaulipas. Un año más tarde consigue el campeonato de la Segunda División y dentro de esa euforia, decide cambiar el mote a Jaiba Brava. Antes del verano del 2001, superaba todos los obstáculos para ascender a la entonces Primera A.

Su sueño perduró solamente 6 meses; apoyados por otro grupo de personas con mucho dinero, ex jugadores profesionales como Héctor Miguel Zelada, Demetrio Madero y Alejandro “el Gallo” García, se hicieron cargo de la escuadra que se quedó cerca de la final en el 2002. Los conflictos con la Sección Uno del Sindicato Petrolero, rentero del Estadio Tamaulipas, causaron otra migración de la franquicia, esta vez a Irapuato.

Una nueva ilusión nació en el 2005 bajo la iniciativa de Emilio Pozo Pier. Los Jaibos llegaron de nueva cuenta a Primera A aunque con muchos altibajos, pues les faltó protagonismo en la cancha con dicha directiva, como la que encabezaría de manera provisional Alfonso Iglesias y posteriormente José Fernández.

A principios del 2008 Miguel Ángel Martínez, entonces emprendedor en el sector inmobiliario, logra la adquisición que no sólo incluyó regresar a la Liguilla, también la idea de construir un nuevo estadio. Sin embargo, por no cumplir el cuaderno de cargos ante la Federación Mexicana, queda relegada la escuadra de la competencia en 2009.

Para el 2010, ahora en Segunda División, Grupo Pachuca se interesa en la plaza, manda a sus mejores elementos, entre ellos un tal Héctor Herrera (hoy jugador del Atlético de Madrid). Pierden la final ante Celaya, pero por falta de pagos de la directiva que encabezó el altamirense Lázaro Gallegos, dan por concluida la relación.

Héctor Herrera y su evolución a través de los años.

Tras el paso efímero de un grupo de italo-argentinos, Javier San Román revive la pasión al ponerla en el escaparate hasta nacional por los llenos en el Tamaulipas, la cual se quedó muy cerca de un ascenso en el 2016, a pesar de campeonar en dicho año.

En la vísperas de los juegos contra Potros UAEM, el representante de grupo Tecamachalco acuerda con Grupo Orlegi y sus presidente Alejandro Irarragorri, una sociedad que le permite acceder al Ascenso MX. La última referencia de todos conocida es la desaparición de la liga hace una semana.

Así la historia reciente del Tampico Madero, donde el principal afectado es la afición, quien ha soportado todas y cada una de estas decepciones.

Jaiba Brava.


GINS/ICGC



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