Ha llegado el día. La Serie Mundial, uno de los eventos más tradicionales en el deporte de Estados Unidos, comenzará con la batalla entre los Astros de Houston y los Bravos de Atlanta.
Desde que se descubrió el robo de señas ilegal de 2017, los Astros han cargado con la etiqueta de villanos, mientras que los Bravos regresan al clásico de otoño desde 1999, cuando fueron barridos por los Yanquis de Nueva York; la meta es clara: ganar su tercer título y el primero desde 1995.
No quieren demostrar nada
La polémica no ha dejado a Houston. El mánager AJ Hinch y el gerente general Jeff Luhnow fueron suspendidos, pero José Altuve, Carlos Correa, Yuli Gurriel y Alex Bregman siguen tras el título de 2017, pero ahora bajo las órdenes de Dusty Baker.
Lejos de querer la aprobación de la gente, lo que buscan los Astros es dejar en claro que van a contender. Será su tercera Serie Mundial en cinco años.
“Estamos aquí porque trabajamos duro desde que empezaron los entrenamientos, fue agridulce la derrota (en el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana) del año pasado, estando a una victoria de la Serie Mundial. Queremos demostrarle al mundo que somos el mejor equipo”, dijo Correa.
“Todo el mundo sabe los problemas que pasamos, pero no todo es color de rosa. Pero hay que pasar por momentos difíciles así, para llegar a momentos como éste”, apuntó Gurriel.
Los canjes fueron clave
En los Bravos, antes de la fecha límite de traspasos, el gerente general Alex Anthopoulos adquirió a los jardineros Eddie Rosario, Adam Duvall y Jorge Soler, además del relevista Richard Rodríguez a través de canjes. Dos semanas antes, Joc Pederson llegó al equipo.
Todos esos movimientos fueron fundamentales para tener a Atlanta en la Serie Mundial. Rosario, Duvall y Pederson fueron fundamentales para ganar la Serie de Campeonato, al remolcar 17 de las 28 carreras anotadas a los Dodgers.
Además, el equipo se sobrepuso a bajas importantes, como la de su estelar jardinero derecho Ronald Acuña Jr., quien no ha jugado desde el 10 de julio, cuando se desgarró el ligamento cruzado anterior.
“Han sido dos equipos distintos entre la primera mitad y la segunda, si uno se pone a analizarlo”, dijo Freddie Freeman, quien ha estado con Atlanta desde 2010. “Teníamos reservadas algunas armas y las sacamos a relucir para estar en la Serie Mundial”.