El nombre de Tamaulipas resonó fuerte en Hermosillo, Sonora, gracias a la extraordinaria actuación de Aracely Sosa Ibarra, con la selección estatal de softbol femenil, categoría Decanas, durante el Campeonato Nacional de Softbol Femenil, competencia en la que obtuvo el título de campeona jonronera.
La actuación de Chely, no es casualidad, tampoco suerte, pues desde los 15 años de edad ha practicado esta disciplina que le ha dado muchas satisfacciones, pero la lograda en Hermosillo, dice es la más valiosa.
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Aracely, fue invitada a reforzar la selección de Tamaulipas, después de tener un gran torneo estatal, por cierto, realizado el mes pasado en Ciudad Madero; antes del estatal, la dama de 54 años de edad estaba en depresión ya que presentaba una añeja lesión en el tobillo que ya no la dejaba ni caminar.
“Yo no tenía porqué haber jugado el estatal, una vieja lesión que no me cuidé provocaba que el tobillo se me hinchara, el doctor me dijo que ya no podría jugar y eso me hizo entrar en depresión, pero yo quería seguir jugando y Dios me permitió regresar al terreno de juego”, dijo Chely con mucha emoción y asegura no saber qué pasó que la molestia y el dolor desaparecieron.
“Durante el estatal en Madero, me fue bien. En el último juego ante Matamoros íbamos 1-9, me tocó batear, pegué hit y corrí y hasta me barrí, mi hija Monse le decía a mi esposo 'papá, mi mamá, parece que no tiene nada', no sé en qué consistió pero no me duela ya nada”.
Tras su gran actuación en el estatal, fue invitada para formar la primera selección de la categoría “Decanas”, donde pudo hacer cuatro jonrones de campo y proclamarse como la mejor jonronera del país en su categoría.
“Me gusta entregarme en el campo de juego, en cada partido doy el máximo, lo disfruto; he participado en muchos torneos locales, estatales y nacionales, pero, este nacional significa mucho para mi porque yo no tenía esperanzas de jugar y fui”.
En Hermosillo, Sonora, Sosa Ibarra fue segundo turno al bat y jugó como left fielder, realizó cuatro jonrones de campo, le hizo uno a Sonora, dos a Nuevo León y otro a Zacatecas. “Nunca imaginé ganar este trofeo nacional como jonronera, eran 15 equipos en el torneo y había buenas jugadoras. Cuando me llamaron en el sonido durante la premiación ni yo me la creía, estaba llorando de la emoción, fue una experiencia bien bonita”.
Chely dedica esta proeza a su hija Monserrat, a su esposo Miguel González, pues son ellos los que siempre le impulsan a cumplir sus sueños.
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Vendió molotes e hizo rifas para ir al nacional
Para poder llegar con Tamaulipas al Nacional, Chely tuvo que hacer venta de molotes y de rascaditos por dos meses pues solo se les proporcionó una playera para acudir al nacional. Los gastos de transportación en autobús de Madero a Monterrey, y de avión de Monterrey a Hermosillo, ida y vuelta, corrieron por su cuenta, pero todo, todo valió la pena después de un gran torneo logrado.
EAS