El profesor de negocios del colegio de Baruch, Aaron Levenstein, una vez dijo: “las estadísticas son como un bikini. Lo que enseñan es interesante pero lo que ocultan es algo vital”. Así es, los números son fríos y te pueden dejar gran parte de lo que sucedió con un jugador durante una temporada, pero hay cosas que no se ven o que no explican lo que pasó, y eso sucedió con Joakim Soria.
Al revisar los números del relevista mexicano es fácil ver que las cosas fueron muy diferentes para él de un año a otro. Por ejemplo, en 60.2 entradas terminó con un 3.12 de PCL, en ambas hubo una notable mejora, al igual que en el tema de ponches (sumó 75 para empatar su mejor desempeño en MLB) y en bases por bolas (bajó de 20 a 16).
En esos números se ve de una forma clara que las cosas cambiaron en su labor desde el centro del diamante, pero hay otros registros donde se ve claro el cambio, como al revisar su porcentaje de ponches frente a base por bolas, que aumentó de 3.20 a 4.69, y al checar que los rivales le batearon .224, después de que en 2017 tuvo .232.
Soria, estadísticamente, tuvo un resurgimiento en 2018 después de que tanto en 2016 y 2017 las cosas parecían ya no ser como antes. Pero no solo con los números se vio eso, también al observar su desempeño. No se veía con la misma contundencia. No lucía tan cómodo como antes. Sus pitcheos no tenían el mismo veneno. Eso causó cierta incertidumbre sobre su capacidad para remontar y los Medias Blancas de Chicago fueron los únicos que le abrieron la puerta este año. Era un equipo en reconstrucción que lo veía como un brazo veterano que podía ayudarles en algo.
Soria tuvo ese repunte que esperaban, lució como en los viejos tiempos y eso hizo que un conjunto contendiente, Milwaukee, lo buscara para reforzarse en su camino para llegar a playoffs. Y él cumplió con esa dura y difícil responsabilidad.
¿Cómo se dio ese salto tan notable? “Realmente uno como atleta siempre tiene en la mira hacer lo mejor que puede. Siempre sales a competir buscando hacer las cosas de la mejor manera”, explicó Soria vía telefónica desde Arizona. “En las temporadas anteriores quizá los números no habían sido los que se esperaban, los que quería, pero a final de cuentas los números son muy fríos. Las campañas anteriores no las veo como una pérdida, al contrario, fueron momentos de mucho aprendizaje, un reto para mí. Hay veces que por una u otra razón las cosas no salen como uno quiere y este año los resultados fueron bastante mejores en cuestión de los números y seguimos ahora con esta nueva oportunidad de seguir jugando”.
Con ese despunte, las cosas cambiaron. En cuanto terminó su participación con los Cerveceros, dejando números que lo regresaron a la elite, Soria y su agente (Oscar Suárez), analizaron el futuro y decidieron que en lugar de cumplir con el final del contrato que tenían, era un buen momento para apostar a uno nuevo. Esas frías estadísticas le permitían ver que podía tener una opción de recibir un nexo de al menos dos o tres temporadas, recibiendo un mejor sueldo. Y eso llegó.
Los Atléticos de Oakland le ofrecieron un contrato de dos años y 15 millones de dólares, dejando así la agencia libre.
“Era algo que ya teníamos trabajado desde varios días atrás, ya estaban avanzadas las pláticas y solo faltaba que hicieron los exámenes físicos”, reveló el lanzador mexicano. “Desde días atrás ya habíamos llegado a un acuerdo y solo faltaba que pasara los exámenes físicos para hacer oficial mi llegada al equipo. Estoy muy contento de pertenecer a los Atléticos, de que me den la oportunidad de jugar con ellos para poder seguir representando a México”.
Los Atléticos de Oakland serán el séptimo equipo de Joakim Soria en Grandes Ligas, luego de haber llegado a los Reales de Kansas City en el 2007, y le significará volver a lanzar en la Liga Americana, donde ha lanzado 584 de los 639 encuentros que tiene como ligamayorista. Esta situación, además de la oferta y el perfil que tienen los Atléticos y el papel que desempeñará, también fueron importantes en la decisión de aceptar su oferta.
“La Liga Americana es donde he hemos más parte de mi carrera. A final de cuentas solo ha estado un año en la Nacional. Yo creo que las personas (jugadores y coaches) de la Americana tienen más información de mí porque me han visto lanzar más ahí es bueno para estar de regreso ahí”, explicó el derecho.
Al haber salido al mercado, hubo varios equipos que se acercaron a preguntar sobre las pretensiones que tenía pero, además de los Atléticos, los Cachorros y los Diamantes también presentaron interés real, pero no fue lo suficientemente atractivo para él. Oakland sí lo es.
“Es un equipo que pasó al juego de Wild Card, es fuerte, competitivo que siempre está en la pelea y que tiene bastante talento para poder seguir compitiendo para poder tratar de ganar la división, que la gente dice los Astros la tienen amarrada. Aquí hay un buen equipo que tiene los elementos para poder pelearles el título de la división”, continuó.
¿Cuál fue uno de los momentos clave en 2018?
Estuve trabajando fuerte para poder seguir adelante, para poder seguir compitiendo como lo había hecho. Estoy muy agradecido porque una cosa importante fue que tuve salud todo el año, me sentí bastante bien de mi brazo y eso me permitió competir.
¿Por qué decidió entrar a la agencia libre?
Se planean las cosas de acuerdo a como se ve el mercado y vimos que era una buena opción poder salir al mercado y ver que es lo que había para nosotros y gracias a Dios nos llegó esta oportunidad y estamos preparándonos ahora para llegar listos a la pretemporada.
¿Qué le gusto más en este 2018?
Ya con Milwaukee disfruté mucho la manera en que pasamos a los playoffs, fue muy especial. Todo el mes de septiembre estuvimos jugando cada duelo como si fuera playoffs, el jugar el juego extra contra los Cachorros y ganarles en su estadio fue muy espectacular, y luego pasar a la siguiente ronda. Fue una gran experiencia para mí en todos los sentidos.