Los Medias Rojas de Boston triunfaron en un nuevo capítulo en la rivalidad más importante en la historia del deporte de Estados Unidos, al vencer 6-2 a los Yankees de Nueva York en el juego de comodín de la Liga Americana, para empatar su récord de enfrentamientos en playoffs a 12 victorias por bando.
No habrá otro juego para tomar revancha: el ganador avanzó a la Serie Divisional – donde ya los esperan los Rays de Tampa Bay – y el perdedor hizo sus maletas y le dijo adiós a la postemporada de Grandes Ligas.
Boston no decepcionó y dominó de principio a fin en Fenway Park. No hubo un silencio sepulcral como el que provocó Bucky Dent en 1978, cuando pegó un cuadrangular que le dio la victoria a Nueva York y el desempate por el título de la División Este. Esta vez no hubo final feliz para los Yankees, incapaces de tomar la delantera ante su acérrimo rival.
Lo que sí tuvimos fue una gran actuación del mexicano Alex Verdugo, quien se fue de 4-2 y remolcó las últimas tres carreras de Boston con un doblete y un sencillo. Nathan Eovaldi se llevó la decisión con una sólida actuación en 5.1 entradas, en las que permitió cuatro hits, un vuelacerca, una carrera limpia y con ocho ponches, para una efectividad de 1.69.
La pesadilla de Gerrit Cole
El estelar lanzador de los Yankees fue quien cargó con el descalabro, tras una mala salida en la que permitió cuatro imparables, tres carreras y dos cuadrangulares, con tres chocolates recetados y dos bases por bolas concedidas, con 13.50 de efectividad.
Boston tomó la delantera en la primera entrada, cuando Bogaerts, con cuenta de dos bolas y un strike, adivinó el cambio que le mandó Cole y conectó un bambinazo de 427 pies al jardín central que remolcó a Rafael Devers para el 0-2.
Después de poner en cuenta de una bola y dos strikes a Schwarber, Cole le mandó una bola rápida y el jardinero la acertó un vuelacerca de 435 pies para colocar a los Medias Rojas con ventaja de 3-0. Aaron Boone decidió relevarlo por Clay Holmes, tratando de detener la herida.
Los Yankees se metieron en el juego hasta la sexta entrada, cuando Anthony Rizzo descifró la curva de Eovaldi y pegó un tablazo de cuatro esquinas (408 pies) para acercar a los suyos a una carrera contra tres.
Pero cuando parecía que Nueva York iba a acercarse 2-3 en la parte alta de la sexta, Boston reaccionó bien a la defensiva: Giancarlo Stanton bateó un toletazo al jardín central y la pelota pegó en el muro del jardín derecho para terminar en el césped; Enrique Hernández se la lanzó a Bogaerts, quien se la mandó a Kevin Plawecki para quemar a Aaron Judge antes de llegar al plato con una brazada.
Los dirigidos por Álex Cora sumaron otra rayita en la baja de la sexta, cuando Verdugo no se inmutó ante el cambio que le lanzó Luis Severino y bateó un doble a lo profundo del jardín derecho, remolcando a Bogaerts para el 4-1.
El mexicano volvió a aparecer en la séptima entrada con un sencillo que llevó a Hernández y Schwarber a la caja registradora. A pesar de que Stanton pegó un jonrón en la novena, fue insuficiente: Boston hundió a Nueva York y ahora piensa en Tampa Bay.
FCM