El covid-19 ha causado estragos en el deporte, haciendo que muchas ligas suspendan sus actividades y obligándolas a ajustarse ‘a lo que hay’. El beisbol es tal vez uno de los ámbitos más afectados, pues los peloteros no han podido siquiera trabajar esta temporada, y eso los ha puesto no sólo en problemas económicos, sino también físicos.
Un atleta de alto rendimiento requiere mantener su cuerpo a un alto nivel competitivo, o, en otras palabras, necesita actividad. Alejarse de esto puede traer graves consecuencias a la larga para ellos, pues un año de ausencia puede provocar que el cuerpo no esté en condiciones para volver al año siguiente, y, en el caso de un serpentinero de más de 34 años de edad, eso puede significar que su brazo pierda el ritmo y lo acerque el final de su carrera.
Ellos son un grupo afectado, pero no el único, pues lo mismo sucederá también con todos los jóvenes (incluidos los estelares) que están en el proceso de ganarse un lugar en la Gran Carpa. Para ellos podría ser un año perdido que les costaría muchísimo, pues podría marcar la diferencia entre ser estrella o relleno.
Todos ellos necesitarán actividad, pero en algunos casos al menos será poco probable que tengan la suficiente en MLB este año, pues es un hecho que Grandes Ligas tendrá que reducir su calendario este año.
Sin embargo, no todas las noticias tienen que ser malas, pues esto abre una posibilidad idílica para las ligas de invierno, por ejemplo la Liga Mexicana del Pacífico, ya que habrá peloteros no estarán ansiosos y dispuestos a jugar por una sencilla razón: necesitarán hacerlo. Y esto no es especulación, es una realidad que puede verse como una gran noticia, muy atractiva para los aficionados.
Con ayuda de Baseball Reference, por ejemplo, encontramos que 19 pitchers cumplieron 33 años de edad y al menos 70 innings lanzados en 2019 (uno de ellos C.C. Sabathia, quien ya se retiró), por lo que todos ellos son nombres reconocidos que podrían aventurarse a seguir lanzando en diciembre y enero.
¿A quién no le gustaría ver en la franela de una novena mexicana a Adam Wainwright o a Jason Vargas, por ejemplo?, ¿o a algún estelar latinoamericano como Aníbal Sánchez o Félix Hernández? Los grandes sueldos serían, en algunos casos, el mayor obstáculo, pero las posibilidades están abiertas incluso para los peloteros de campo que también necesiten seguir jugando, y aunque obviamente hay probabilidades de que esto nunca suceda, soñar no cuesta nada.