La molestia en los Cleveland Indians por la falta de compromiso mostrada por los pitchers Mike Clevinger y Zach Plesac fue tal que sus mismos compañeros exigieron que fueron castigados por la institución, pues de no hacerlo, tomarían represalias. El ejemplo más grave lo dio el mexicano Óliver Pérez, quien amenazó con dejar al equipo.
Clevinger y Plesac rompieron el protocolo y decidieron darse una noche libre en Chicago, mintiendo no solamente a las autoridades de los Indians, sino a sus compañeros, lo que causó una gran decepción en ellos, pues esa irresponsabilidad los puso en riesgo de contagio, y entre ellos hay algunos, como el lanzador Carlos Carrasco, que son personas de alto riesgo por sus antecedentes médicos.
Óliver fue claro, según un reporte del insider Jeff Passan, y dijo que si Clevinger y Plesac regresaban al roster de Cleveland para la serie del fin de semana ante Detroit, él sencillamente dejaría al equipo.
Otros peloteros, aseguran las fuentes, compartieron el sentimiento de molestia, entre ellos el estelar Francisco Lindor, considerado el corazón del equipo.
La decepción de los Indians se centró no sólo en la decisión de Clevinger y Plesac de romper las reglas internas, sino también en sus acciones posteriores. Algunos estimaron que Clevinger no fue sincero con ellos sobre su participación antes de abordar el avión del equipo el 9 de agosto. Mientras que Plesac, quien fue sorprendido tratando de regresar al hotel en la mañana del 8 de agosto, ya había sido enviado de regreso a Cleveland.
La falta de compromiso, la irresponsabilidad y la actitud tomada por Clevinger y Plesac colmaron el plato de los Indians, que, sin dudarlo, prefirieron arreglárselas sin sus dos serpentineros estelares.
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A sus 29 años de edad, Clevinger es uno de los lanzadores más talentosos de MLB, con una impresionante efectividad de 2.96 en 447⅔ en las últimas tres temporadas. Mientras Plesac, de 25 años, fue extraordinario en sus primeras tres aperturas de esta temporada, con 1.29 de efectividad y un ratio de 24-2 de ponches y pasaportes.
“Nos hicieron mucho daño. Nos mintieron. Se sentaron aquí [ante la prensa] y dijeron cosas que no cumplieron”, dijo Adam Plutko, quien los reemplazó en la rotación. “[Regresar] Dependerá de ellos”.
Pero por lo pronto, en Cleveland las cosas son claras: respeto y responsabilidad son necesarias para ser parte del equipo. Y el mexicano Óliver Pérez, un líder dentro de ese clubhouse, ya lo dejó claro.
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