A distancia, la leyenda del boxeo estadunidense Sugar Ray Leonard entiende que lo que le tocó vivir en su juventud fueron elementos que ahora le permiten ayudar e inspirar a la sociedad a 23 años de que una lesión lo obligó a dejar el boxeo.
“Para como están las cosas hoy en día, para como se vive la vida. Las personas necesitamos ser felices. Necesitamos ayudarnos y tal vez hace 10 o 20 años jamás hubiera dicho esto, pero ahora estoy orgulloso y feliz de ser un alcohólico y así poder ayudar e inspirar a los demás”, reveló durante el WBCTaks que organiza el Consejo Mundial de Boxeo.
Como peleador, Sugar Ray Leonard logró convertirse en uno de los más grandes de todos los tiempos gracias a la conquista de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, así como la conquista de cinco categorías diferentes antes peleadores elite.
“Llevo 15 años sobrio luego de años de haber tomado mucho. Cuando mi esposa me dijo que era alcohólico, fue un rudo despertar. También mi primera junta de AA. Porque para mi ser alcohólico es estar en la calle, sin casa, sin ser productivo. El boxeo me salvó en su momento pues para ser campeón necesitaba estar limpio, saludable y de repente por cuestiones de salud me retiré y me sentía perdido. El alcohol fue para mi cojín, porque nunca le conté a nadie muchas cosas. Lo que viví como niño, abusado sexualmente, todo lo mantuve dentro en mi cabeza” reveló el ahora orador motivacional y analista deportivo.
Luego de su fructífera carrera en 1982, repentinamente Leonard anunció su retiro por un desprendimiento de retina que eventualmente lo llevó al quirófano. Pero esa pausa no duraría más de un año antes de volver a calzarse unos guantes pero los malos resultados lo obligaron a decir adiós de nuevo en 1984, luego de tres regresos más, finalmente dio el adiós definitivo en 1997 luego de haber caído ante Héctor Macho Camacho por nocaut en cinco asaltos.