Boxeadoras noquean el término 'sexo débil' en el ring

Paulina Aparicio Moyeda y Mariana Yamile Ramírez invitaron a más mujeres a practicar este rudo deporte sin temor.

Paulina Aparicio (izq.) ingresó al mundo del boxeo para aprender a defenderse; hoy es toda una profesional. Especial
Francisco Zúñiga
Monterrey, Nuevo León /

Estas dos mujeres ya noquearon el término sexo débil: son Paulina Aparicio Moyeda y Mariana Yamile Ramírez, quienes desde muy pequeñas entraron al mundo del boxeo y al día de hoy cosechan triunfos, derrotas… y respeto.

Paulina Aparicio Moyeda tiene 23 años, es boxeadora profesional y desde hace una década comenzó a practicar el deporte. Primero impulsada por su padre y hermano que ahora son sus entrenadores, y ahora alentada por sus sueños de ganar más competencias.

“Me motivó el saber defenderme, tener una disciplina también, y ya de ahí lo agarré como una rutina”, contó Paulina, quien tiene ocho peleas en su carrera profesional: cinco ganadas, una perdida y dos empates.

El 23 de marzo, Paulina peleará en Villa Guerrero por el Campeonato Continental del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Tener este entrenamiento la hace sentir segura en un mundo de riesgos para las mujeres.

“Mis amistades, pues nada, me dicen: ‘Defiéndeme, Paulina, tú vas a salir por nosotras’, pero nunca me han gustado los problemas, nunca me ha gustado discutir. Actualmente estoy estudiando psicología y siento que es algo muy fundamental tener la tranquilidad y la capacidad de controlarte, controlar tus problemas y todo, sí es muy difícil”, señaló Paulina.

Por otro lado, Mariana Yamile Ramírez Ramírez de 14 años llegó a la academia Shark Boxing ubicada en Santa Catarina como una solución de sus padres al bullying que sufría en la primaria. Ahora cursa tercero de secundaria y su vida ha cambiado.

"Tuve un Sparring a las semana de entrar y la verdad es que si me quería salir porque me dieron un golpe en la nariz, y ya no quería salir y seguí y ya fue cuando decidí.
“A la semana de entrar la verdad es que sí me quería salir, porque me dieron un golpe en la nariz y ya no quería seguir, pero luego decidí quedarme… y se acabó el bullying”.
"En las mañanas de 7:30 a 12:30 es cuando estudio y en las tardes el entrenamiento de 5:30 a ocho, depende de cómo esté el entrenamiento", relató.

Además del respeto, Paulina y Mariana han ganado disciplina, la cual aplican en todos los ámbitos de su vida. Las dos invitaron a más mujeres a practicar este rudo deporte sin temor.


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