José Ramírez tiene metas muy claras. Sabe que quiere ser campeón indiscutido de los superligeros y confía en que su trabajo en el gimnasio le dará la victoria sobre el ex campeón ucraniano Viktor Postol, lo único que no tenía proyectado era que el coronavirus lo obligaría a posponer todo.
El monarca de sangre mexicana que es avalado por el Consejo Mundial de Boxeo y por la Organización Mundial de Boxeo estaba proyectado para regresar en febrero en China, pero la entonces incipiente pandemia comenzó a cobrar fuerza por lo que fue necesario cancelar el duelo a pesar de que Postol ya se encontraba en Haikou.
Para fortuna del mexicoamericano, él no abandonó California, pero en ese momento todo el movimiento se concentró en sacar de China al retador, a 48 horas de haber aterrizado en el lugar. El equipo de Postol - encabezado por Freddie Roach – trabajó en ese momento sin descanso en poder salir del país asiático antes de que los vuelos tuvieran restricciones.
El duelo fue reagendado para el 9 de mayo, pero de nuevo el coronavirus – esta vez en América – azotaba implacable y se tuvo que reagendar hasta el 29 de agosto.
“Estuve en dos campamentos diferentes, este es el tercero. El tiempo se va volando, ha pasado un año y ade mi última pelea, pero trato de que no me afecte, pues quiero llegar justo donde dejé todo cuando peleé ante Hooker”, declaró José Carlos Ramírez, quien mantiene récord de 25-0 con 17 nocauts.
En este tercer intento, Ramírez y Postol se enfrentarán en la Burbuja en Las Vegas en este duelo por los títulos mundiales CMB y OMB que tanto se había aplazado.
RGS