La historia de José Reynoso no es una muy común en el boxeo, el llegó al deporte de pura casualidad. El afamado entrenador que descubrió al multicampeón Canelo Álvarez llegó hace más de 50 años porque quería defender lo que sentía era suyo.
En una entrevista con el ex campeón Érik Morales, para el podcast Un Round Más, Chepo no solo contó que un pleito con otra familia los obligó a migrar de Zacatecas a Guadalajara, también contó sus duros inicios ahí para poder encontrar un sustento.
Chepo fue carnicero gran parte de su vida y el boxeo fue una de sus paciones aunque nunca llegó a calzarse unos guantes en el terreno profesional, pues con su negocio ganaba mucho más que un boxeador debutante.
Sin embargo, su primer acercamiento se remonta a cuando él tenía 15 años y conoció a Caro, la hija del dueño de una tiendita de conveniencia que estaba justamente enfrente de la carnicería del papá de Don Chepo.
“Había un cabrón, estudiante de la prepa, que le gustó mi Caro. Y lo que me daba coraje es que yo veía que aunque ella ya tenía el compromiso conmigo, no le disgustaba el cabrón ese que le decían El Coyote, Abel se llamaba ”, recordó.
Chepo contó que a Abel le gustaba intimidar y seguido lo correteaban en el barrio en busca de pleito:
“Yo escuchaba que venían me metía en una vecindad y cerraba las puertas y cuando oía que pasaban asomaba la cabeza como los ratones. Eso me daba mucha vergüenza”, añadió.
Por eso un día le pidió a un amigo de su papá que lo llevara a la Coliseo a entrenar en donde comenzó a practicar durante un año.
“Mi papá no sabía la bronca que yo traía y donde mi novia se diera cuenta iba a decir que tenia de novio a un cobarde entonces empecé a entrenar”.
El pleito con El Coyote nunca llegó, tiempo después Abel murió ahogado en una alberca y Chepo nunca tuvo oportunidad de sacarse la espina, pero de ahí nació la que sería una de sus más grandes pasiones.
AGB