La Chiquita González no siempre fue conocido con ese apodo y antes de lograr fama mundial que lo posicionara como uno de los mejores pesos minimosca de la historia, Humberto ostentó varios motes entre ellos El Carnicerito de Neza y el Pequeño Gigante de Neza.
Con 1.55 metros de altura, sus apodos siempre estuvieron ligados a su tamaño, pero lo de carnicerito responde a la profesión que compartió junto a su padre mientras desarrollaba su carrera deportiva, pues al principio – reconoció – de "boxeador no alcanzaba".
Hasta la fecha el ex campeón mundial, que ahora tiene 56 años, recuerda a la perfección las partes de la res y compite con su compadre y también ex campeón mundial Pipino Cuevas – quien también trabajó en una carnicería – para ver quien recuerda con mayor claridad dónde encontrar los mejores cortes.
La Chiquita reconoció que uno de los factores que lo motivó para seguir con el camino de boxeador profesional fue el haber conocido a muy temprana edad a Pipino Cuevas, quien ya era campeón del mundo y siempre siguió sus pasos buscando alcanzar al que fue su primer ídolo del ring.
En una entrevista con ESPN en el 2016, La Chiquita descartó confirmar o negar si mientras trabajaba como carnicero entrenaba a lo Rocky Balboa diciendo: “No sé cuántos años tiene esa película (Rocky), pero yo fui siempre (carnicero)”.
Gracias a los consejos de su padre y seres queridos, Humberto no se deslindó por completo de su profesión como tablajero pues puso varios negocios en su natal Neza que mantiene hasta la fecha, así como su salón de fiestas y un casino.
Humberto fue el primer boxeador de minimosca en ganar un millón de dólares. Ganó su primer título mundial en 1989 en Corea y conquistó cuatro coronas mundiales en 108 libras y tras 11 años profesional decidió colgar los guantes tras perder ante el tailandés Saman Sorjaturong en 1995, dejándo un récord de 43-3 con 30 nocauts.
FCM