El ex campeón mexicano Humberto González jamás imaginó que el sentimiento de subir a pelear, luego de 25 años lejos del ring, podría ser tan diferente y no sólo porque extrañara la adrenalina, si no porque esta vez sus nietos estuvieron ahí para presenciarlo.
Aún emocionado por lo que fue su regreso al ring, en una pelea de exhibición, ante su compadre Daniel Zaragoza, La Chiquita González explicó cómo la piel se le enchinó al escuchar cómo lo presentaba el anunciador, tanto fue el sentimiento que aseguró se le olvidó que en lugar no había público presente como medida sanitaria.
“Sentí bien bonito, porque en ese momento se te viene todo a la mente, cuando la gente coreaba mi nombre, los reflectores. Si recordé algo bonito, cuando me anunciaron sentí como si estuviera viviendo otra vez esto que a mi me dio mucha alegría. El ser un estelar, fue espectacular. Que bueno que hicimos esto por el boxeo, para que la gente lo disfrute desde su casita… pero lo que si me llenó mucho fue mis nietos, esos si que estaban felices, bien vivos viéndo todo… eso si que fue de otro mundo”, declaró en entrevista a Milenio, el ex peleador quien decidió volver a entrenar y calzarse unos guantes para poder armar una función en donde los peleadores de su promotora pudieran ver un poco de acción y paliar la falta de oportunidades por la crísis generada por el coronavirus.
Apelando a la nostalgia, pues ambos subieron con colores que en el pasado los acompañaron a grandes batallas, Humberto aseguró sentirse totalmente satisfecho de lo que lograron y aunque demostró que el tiempo a veces puede ser un aliado, no está dispuesto a volver a subir a un ring, ni siquiera para otra pelea de exhibición.
“A pesar de que me sentí muy bien y disfruté mucho de todo, desde entrenar hasta volver a ver luces y sentir un golpe. Yo había comentado desde antes que no iba a hacer más. Tanto Daniel como yo nos comportamos como atletas y reconocimos que aún estamos haciendo las cosas bien, incluso hubo gente que me preguntó “No que iba a ser una exhibición” y mi respuesta fue que si lo fue solo que a veces se escapa uno que otro”, abundó González, quien en su época de activo dejó una marca de 43 victorias, tres derrotas y 30 nocauts.
Humberto explicó que en el pasado ya se había mencionado la posibilidad de enfrentar a su otro compadre, Julio César Chávez González, estaba dispuesto a dejar las peleas de exhibición de lado para dedicarse a su vida.
“Lo disfrutamos mucho, yo ahí le di las gracias a mi compadrito por haberme ayudado. Lo hicimos por el bien del boxeo y por los fanáticos”, finalizó.